Este fin de semana, un grupo de ocho centauros chironianos desembarcamos en Santiago de Compostela, dispuestos a dar un curso titulado "Chiron: clásicas 2.0 en el aula", organizado por la sección de Galicia de la SEEC (Sociedad Española de Estudios Clásicos), dentro de los programas de formación del profesorado de la Universidad de Santiago.
El curso era el primero que impartía Chiron como tal y, por eso, la ocasión tenía algo de acontecimiento inédito, de inicio de una nueva etapa, de prueba de fuego...
Las doce horas presenciales (el curso continuará de forma virtual hasta abril) transcurrieron con un ritmo intensísimo, tanto con los 30 participantes en el curso, como en los momentos de ambiente chironiano, o sea, colaborativo y distendido, que se prolongaba hasta robarle horas al sueño.
Al lado de todo eso, un incidente que podría haber sido dramático y que quedó en suceso para el recuerdo: cuando aún no habíamos cubierto la mitad de las sesiones, la red nos dejó "colgados", para no regresar. Creo que, si pudimos llegar hasta el final en medio de honrosas improvisaciones, ya nada nos parecerá imposible en estos menesteres.
La palabra justa y las ideas de Carlos; la omnipresencia animante de Ana; el empuje entusiasta en Olga; la serenidad de Sebastià ante las dificultades; las buenas explicaciones de Jose, siempre sazonadas de humor; la precisión en las intervenciones de Sergi; y la incansable -y exitosa- labor organizativa de Álvaro, sirvieron para convertir el previsible descalabro en utilización de recursos suplentes (incluida la desde ahora llamada tiza digital), que los asistentes siguieron con una encomiable dedicación hasta el final. Nuestro agradecimiento a ellos por su paciencia y comprensión.
Quedará para el recuerdo, y para los anales de Chiron, una impagable experiencia 2.0... o casi.
7 comentarios:
Una experiencia irrepetible, especialmente por el cariño, dedicación y entrega del anfitrión, nuestro Álvaro, además de la maravillosa compañía del resto de chironianos.
Ya os echo de menos y hace solo unas horas que no nos vemos. Espero que pronto podamos repetir.
Como dices, es muy destacable la paciencia con la que los asistentes acogieron los repentinos contratiempos. Ojalá pudiéramos repetirlo para compensarles, aunque me parece que nos tendremos que conformar con recuperar en el periodo virtual.
Cada vez que leo vuestras reflexiones sobre el curso no salgo de mi asombro. Como participante, este creo que fue el curso mejor y más completo que he hecho hasta ahora, no sólo por lo que parendí, sino por lo que comprendí. Gracias por vuestro trabajo, no sólo el del fin de semana, sino el que estuvisteis haciendo todo este tiempo. Y para paciencia, la vuestra. Es muy fácil que en un curso de este tipo una se sienta como "la más burra de la clase". En lo poco que pudimos hacer de práctica hicisteis que nos sintiésemos bien, a pesar de que preguntábamos cosas muy básicas y piropeábais todo lo que hacíamos. Gracias, de verdade. Bicos grandes
Y después de las voces griegas llego ahora a la sabia crónica de nuestro magister, que luchó denodadamente contra las garras de Morfeo en las alegres tinieblas de la noche compostelana...
Nos veremos pronto, ¡en Tarraco!
Gracias a todos por vuestras palabras. Pero deseo comentar especialmente las de Susana: te lo agradezco mucho porque, en las circunstancias que se dieron, todo podía haberse ido al traste. Y si no fue así, se debió a mis compañeros chironianos, pero también a vosotros, los participantes, que supísteis comprender, disculpar... y aguantar hasta el final. Me da la impresión que este curso va a dar mucho de sí.
Saludos cordiales.
Luis
Moltes gràcies, Lluis, per ser a Santiago, vèncer les adversitats de la xarxa i explicar-nos-ho als que de cos no hi vam poder ser. L'enhorabona a tots i totes
La envidia me corroe... invencibles chironianos y chironianas. Los dioses estarán siempre con vosotros, aunque algún espíritu maléfico haga caer un mundano servidor.
La verdad es que sufrir, sufrimos, ya lo creo, los chironianos y chironianas presentes. Nos daba mucha rabia no tener conexión en tres de los talleres, porque los talleres eran de lujo: simplemente ¿dónde se ha visto un taller en el que hay un ponente, 30 asistentes y 7 profesores de apoyo? Y un ordenador por persona, naturalmente.
Además, este tropiezo inicial ha entorpecido un poco los primeros pasos en el curso virtual, aunque es admirable el tesón de todos los participantes.
Sin duda, una experiencia única.
Bicos grandes
Olga
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