Hace pocos días, vi este chiste de Forges en referencia al llamado "Plan de Bolonia".
Y me fijé en el añadido que el autor coloca (¡tachado!) en la parte baja de la emanación de la coronilla.
Saber que las Humanidades han sido repetida y machaconamente maltratadas desde hace varios planes de estudio (secundarios y universitarios), es cosa al alcance de cualquier fortuna intelectual.
También estamos acostumbrados a que el elemento político se avenga enseguida a mantenello y no enmendallo (el error). Y a ver el cúmulo de analfabetos funcionales que corren por las aulas, también por las universitarias. Y encima, las mentes pensantes de rigor no se explican por qué estamos prácticamente a la cola de Europa en competencias mínimas, entre ellas la expresión -y la comprensión- oral y escrita.
Cada vez tengo más claro que la llamada a rebato de Carlos, aunque parezca utópica esa extensión del latín a los primeros cursos de la ESO, es necesaria y urgente. Si no, no es que debamos decir que así nos luce el pelo. Es que ya no tendremos pelo.
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