sábado, 24 de marzo de 2007

¿ALUMNOS? ¡PERSONAS!

Al acabar la primera evaluación, estuve un buen rato hablando con Sonia, una chica de mi tutoría, aunque no es, ni ha sido, alumna mía en ninguna asignatura. Quizá por eso es más fácil plantear según qué cosas y hablar de forma más directa y sin condicionantes.

La razón de la entrevista era de peso: los ocho suspensos que había tenido en su estreno en segundo de bachillerato. Desánimo, frustración, ganas de abandonar, pérdida de toda ilusión... Y no eran suspensos injustos: eran fruto de la desgana, de la falta de alicientes, de la incapacidad ante el esfuerzo que se le pedía.

Tras un buen rato de charla -y de hacer de psicólogo gratuito- salió de la conversación algo más animada. Al cabo de unos días, cuando la tormenta ya había amainado, volvimos a hablar para establecer un plan de actuación: cómo enfrentarse al esfuerzo que supone el estudio de manera gradual, progresiva, pero constante. Durante los meses pasados, cada vez que nos cruzábamos por un pasillo intercambiábamos gestos -por mi parte, interrogativos; por la suya, respuestas mímicas de poco convencimiento, o bien de satisfacción por pequeños logros alcanzados-. Volvimos a hablar brevemente alguna vez para que el listón del trabajo no bajara.

Ayer viernes, vino a verme a la hora del descanso: quería darme las gracias porque había bajado a tres suspensos en la segunda evaluación. Cuando le respondí que el mérito era suyo, tan sólo me comentó: de acuerdo, pero sin las palabras de ánimo que me dijiste hace unos meses, yo no habría seguido adelante.

A veces cuesta muy poco elevar el punto de mira de los alumnos, cuando sus ánimos están por los suelos: hacerles volar algo más alto en vez de arrastrarse por el suelo. Y creo que debemos intentarlo. Yo no sabría dedicarme exclusivamente a enseñar Latín y Griego, olvidándome de que delante tengo personas; con sus complejidades y sus defectos, pero que a veces están gritando en silencio que alguien les eche una mano.

7 comentarios:

Ana Ovando dijo...

Eso es precisamente lo que te hace tan especial, Luis, que miras a tu alrededor y ves personas individuales, con sus problemas y circunstancias. A los demás, en ocasiones, nos cuesta.

Gracias por ser como eres; como tantas veces te digo, tus alumnos son muy afortunados, pero también lo somos tus lectores, porque aprendemos de ti en la distancia.

Besos.

yolajb EducaRueca dijo...

Nos ha gustado este artículo, especialmente ahora que encontramos a algunXs profes un tanto desencantadXs por la desaparición del 0. Anima saber que hay gente que jamás le ha reconocido bondad alguna.

No lo hemos podido evitar y lo hemos colgado en: http://www.educarueca.org

Luis Inclán García-Robés dijo...

Me alegro de que os haya gustado. No es más que una pequeña anécdota, pero tiene el valor de las cosas vividas.

Gracias a que "no lo hemos podido evitar" he conocido vuestra página, que visitaré con frecuencia.
Saludos.
Luis.

Anónimo dijo...

Hola! sóc una ex-alumna teva, i buscant per el Google he trobat el teu blog! Ja el tinc entre els meus preferits.
T'he enviat un e-mail a la direcció de correu que aquí proporciones. Tinc alguns dubtes i en ell tel's comento.
fins aviat!

Anónimo dijo...

Hola!! cuanto tiempo... aunque no escriba te leo cada día. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Hacen falta muchos profesores como tú, que sientan una gran pasión por lo que se dedican y que ante todo sean personas.

Gracias por hacerme ver que no todos los profesores sois iguales.

Danae

Luis Inclán García-Robés dijo...

Danae:
Me da alegría ver que sigues "viva". Supongo que los agobios del 2º de bachillerato no te dejan prodigarte más...
¡Ánimo, que ya quedan menos de dos meses!
Saludos y hasta pronto.

Anónimo dijo...

Sí!!! quitando dias de semana santa y fines de semana solo me quedan 17 días!! parece mentira... ESpero que nos podamos conocer en las conferèncias sobre Homero a las que por supuesto iré.

Besos

Danae