viernes, 29 de junio de 2012

El bachillerato y las PAU

Ahora que una nueva promoción acaba de realizar sus Pruebas de Acceso a la Universidad, creo que es oportuno hacer una serie de reflexiones que, de seguro, están también en la mente de casi todos.

Recuerdo pruebas de acceso desde que me tocó hacerlas antes de entrar en la universidad, ya hace casi 50 años (si no recuerdo mal, entonces se llamaban Pruebas de Madurez del curso  Preuniversitario). Y siempre he tenido la impresión de que eran, en mayor o menor grado, un instrumento poco eficaz. Como también lo es ahora: en Catalunya, este año el nivel de aprobados ha superado el 95%.
De hecho, desde la entrada masiva de alumnos en la universidad hace ya algunas décadas, esas pruebas no han supuesto un filtro fiable. En todo caso, y especialmente desde la reciente implantación de la fase específica, pueden serlo para determinados estudios con mucha demanda.

Por otro lado, está el poder de sugestión que ejercen las PAU sobre el normal desarrollo del bachillerato,  hasta convertir a éste (sobre todo en el segundo curso) en una mera preparación para la selectividad. Y eso es un claro perjuicio para la formación de los alumnos. Conozco a bastantes profesores que respiran aliviados cuando saben que ninguno de sus alumnos de segundo se examinará de su materia en las PAU. Y no por eludir su responsabilidad (cada profesor se siente examinado cuando lo hacen sus alumnos), sino porque pueden desarrollar un programa sin el encorsetamiento que supone preparar la selectividad.

El bachillerato debería tener una doble finalidad: proporcionar a los alumnos una madurez intelectual y humana, imprescindible para su desarrollo personal; y capacitarlos para acceder a estudios superiores.
Pues bien: lo segundo queda un tanto en entredicho cuando se prepara al alumno para superar unas pruebas, en vez de darle herramientas útiles que le faciliten su vida universitaria. Y, respecto a lo primero, tenemos un bachillerato cortísimo y, quizá por ello, sobrecargado de materias -algunas más bien prescindibles-, donde no se profundiza en casi nada, y obligamos al alumno a un verdadero maratón de exámenes.

O sea, que la inercia de años -y la nefasta influencia de muchos pseudo-pedagogos- nos ha llevado hasta donde estamos. ¿Algún día alguien llevará a cabo un sensato replanteamiento del bachillerato?


martes, 26 de junio de 2012

¿Una nueva oportunidad?

Ayer mismo, corría por las redes sociales una noticia aparecida en la prensa sobre la reestructuración del bachillerato y la posibilidad de volver a instaurar un curso de Latín obligatorio, bajo el título de "Vuelve el latín".
Entre los colegas que opinaban en Facebook y Twitter abundaban las reacciones esperanzadas, si bien las había un tanto irónicas también...

De ser ello cierto, estaríamos ante una oportunidad de oro para subsanar errores históricos en la didáctica del Latín. No podemos, en estos tiempos que corren, volver a la tradicional, aburrida e inútil enseñanza gramatical al uso. De eso ya se hablaba -y lo reflejé aquí mismo- desde el siglo XVII, al menos. Y hoy mismo he leído un artículo que va en idéntico sentido.


Ya va siendo hora que el profesorado acometa una reforma a conciencia de sus métodos. La gran ventaja es que no hay que inventar nada nuevo porque ya está hecho desde hace años: el método del profesor Hans H. Orberg titulado Lingua Latina per se illustrata, que muchos centros (342 en la actualidad -también varias universidades-) han adoptado como herramienta para iniciar en el Latín a sus alumnos.

Si esta noticia de la universalización del Latín llega a ser una realidad, estoy seguro de que surgirán muchas  iniciativas para facilitar que los profesores den el paso definitivo. Exigirá un cierto esfuerzo pero, a medio y largo plazo, será la mejor manera de revitalizar nuestros estudios, de borrar definitivamente la etiqueta de lengua muerta, y de fomentar entre los alumnos que sigan su estudio más allá del curso obligatorio. Todos saldrán beneficiados, y la Universidad no habrá de plantearse supresiones de grados no rentables económicamente...

viernes, 8 de junio de 2012

Un premio para Chiron

Carlos Cabanillas,
antes de recoger el premio
Recuerdo la tarde del 25 de noviembre pasado, cuando Carlos nos comentaba en Santiago (justo antes de comenzar a impartir un curso para profesores de clásicas) que había recibido una llamada notificándole la concesión a Chiron del Premio a la Promoción y Difusión  de los Estudios Clásicos, que anualmente otorga la SEEC.

Y recuerdo que lo primero que se me pasó por la cabeza fue la satisfacción de ver reconocido el esfuerzo de cientos de personas que han hecho grande Chiron con su trabajo colaborativo. De ellos es el mérito de hacer crecer diariamente al centauro.

Ya desde antes de su nacimiento, era claro que Chiron no era obra de unos pocos (con ser fundamental la idea originaria y la contribución inicial de un pequeño grupo). Que sería útil y eficaz si servía de aglutinante para el profesorado de clásicas.

Y el milagro se obró: docenas y docenas de personas se prestaron a poner al alcance de todos su trabajo, sus logros, sus inquietudes, compartiendo generosamente sus esfuerzos. Y los profesores de clásicas dejaron de sentirse solos. Creo que este es el principal activo de Chiron.

Por eso, cuando hoy se procedía a la entrega del Premio de la SEEC a Carlos, imaginaba que allí estaban todos los colaboradores -conocidos y anónimos- de Chiron. A todos ellos, la enhorabuena más sincera.




lunes, 4 de junio de 2012

¿Quién dijo crisis?

En griego, κρίσις significa 'juicio, 'decisión', 'separación'... y sus consecuencias habrían de ser el pensamiento, el análisis y la reflexión. Una situación crítica o decisiva, por tanto, debe llevar a plantearse seriamente las cosas, a pensar, a argumentar.
Pero no: no deseo ahora hablar de lo que todos tienen in mente cuando se pronuncia hoy el fatídico término. Deseo cuestionar que los estudios clásicos estén en crisis. Objetivamente, no lo están. Otra cosa es que a los poderes fácticos les interesa hacernos creer que sí, que nuestros estudios son algo obsoleto, muerto y, por tanto, candidato claro al entierro.


No es la primera vez que opto por la vía de la esperanza. Y, de vez en cuando, nos viene bien a todos armarnos de argumentos y de moral. Así que ahí van unos ejemplos para levantar el ánimo:


Para comenzar, una referencia a quienes mantendrán la llama clásica en un futuro próximo. 
Cada año, se suceden los certámenes de traducción para alumnos de bachillerato. Su expresión máxima, en cuanto al Latín, es el Certamen Ciceronianum. En la edición de 2012, ha obtenido una mención honorífica Rodrigo Conesa Campos, del IES “Juan del Enzina” de León, cuyo profesor es el amigo Óscar Ramos (Ansgarius Legionensis). 


El ganador de la Prueba Nacional de Griego, organizada por la SEEC, ha sido este año Bruno González, del Instituto Gutiérrez Aragón de Torrelavega. Su premio: un viaje a la Academia Homérica de Quios.


Como cada año, Chiron concede en mayo sus Centauros de Oro a iniciativas en la red promovidas, o realizadas, por alumnos. En esta ocasión, los premiados han sido:
'Clàssics a la Romana', blog del IES Vil·la Romana de La Garriga, donde participan alumnos de Latín y de Griego desde 4º de la ESO a 2º de Bachillerato. 
'Alea iacta est', blog colectivo de alumnos de clásicas los los Institutos 9 de Octubre de Carlet y Matilde Salvador de Castelló.
'In aversa charta', blog ... ¡en Latín! de los alumnos del IES Serrallarga de Blanes.


Pero, sin esperar a los frutos que, sin duda, surgirán de esas generaciones tan prometedoras, la realidad de hoy también es espléndida:


Esta misma semana, Chiron recibirá el Premio a la Promoción y Defensa de los Estudios Clásicos, que anualmente concede la SEEC


El proyecto colaborativo de crear un diccionario de griego, didáctico e interactivo, con licencia Creative Commons, sobre la base del diccionario Liddell-Scott, Intermediate Greek-English Lexicon, es una empresa de gran alcance y que, sin duda, constituirá una herramienta de enorme valor en la enseñanza del Griego.


Gabriela Marrón publica, desde Argentina, un blog dirigido a comentar y difundir la literatura griega y latina para niños. Se titula Literatura grecopequelatina.


Por no hablar de otros acontecimientos bien recientes: la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales a la helenista Marta Nussbaum;
la constante presencia en los medios de artículos (el reciente de Vargas Llosa "¿Por qué Grecia?"), entrevistas (la de hoy mismo a Jaume Pòrtulas en La Vanguardia), jornadas de divulgación (la reciente Tarraco Viva, por ejemplo), etc, etc.


Seguro que me dejo muchas referencias en el teclado, pero no deseaba ser exhaustivo. Simplemente, dar testimonio de la viveza de nuestros estudios en una época que parece tan poco propicia. De nosotros depende que la llama no se apague, sino que cada vez brille con más fuerza.