Ya hace meses que el ambiente se encuentra caldeado: desde que la joven ministra de educación, Najat Vallaud-Belkacem, hizo pública la ley que promueve para evitar -dice- las desigualdades en la enseñanza, y que afectará al primer ciclo de la secundaria (11 a 15 años).
Además de otras medidas, también discutidas, -mayor autonomía de los centros, más presencia del estudio del islam, etc.- la nueva ley reduce las horas lectivas de Latín y de Griego, materias optativas ya ahora, pero que cursa un 20% del alumnado de entre 12 y 14 años. Ambas lenguas quedarán reducidas a unas imprecisas "Lengua y culturas de la antigüedad". La fuerte oposición al respecto, tan solo ha arrancado del ministerio el compromiso de añadir a la enseñanza del francés algunos "aportes del Latín y del Griego".
La ley se encuentra en período de consultas hasta el próximo 11 de junio.
Y, mientras tanto, el Latín y el Griego siguen mortecinos en nuestra casa, sin que nadie levante la voz, más allá de lo políticamente correcto. Los franceses protestan porque ven amenazado el talante humanístico de su enseñanza. Y eso, a pesar de que el ministerio ha aumentado este año su dotación económica en mil millones más que el pasado, y que la plantilla de profesorado crecerá el próximo en 4.000 (60.000 en toda la legislatura).
Aquí, ni lo uno ni lo otro, pero los recortes en todo lo que huele a clásico, tienen patente de corso. Y nadie mueve un dedo.
Así nos irá en un futuro no muy lejano, cuando nos quejemos inútilmente de lo difícil que es recuperar aquello que se dejó perder de forma tan inconsciente.
5 comentarios:
Mira aquí:
http://daidalea.blogspot.com/2014/09/normativa.html
El curso que viene se duplica el "liberalismo". A ver quién sigue vivo, si no es por decisión directa del "dire".
Gràcies per l'aportació, Ramon!
No es poden deixar morir aquestes llengües,molt interesant
No es poden deixar morir aquestes llengües,molt interesant
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