martes, 18 de mayo de 2010

La "vida social" del alumno

El fenómeno Facebook lleva ya tiempo arrasando en la red. Uno puede encontrar de todo y constatar por dónde van los 'tiros' juveniles, sobre todo cuando son los adolescentes quienes se manifiestan.
Hace pocos días hallé un grupo titulado  "Sóc alumne, NO ESCLAU", que consta ya de casi 500 adhesiones. En el apartado explicativo se lee: "Para todos los que se sienten esclavos de los profes y en época de exámenes pierden la vida social". Conozco a dos de sus promotoras, y son buenas alumnas de 4º de la ESO. Además, no es la primera vez que un alumno me argumenta con su "vida social".

Dejando a un lado lo que ese grupo de Facebook pueda tener de rabieta estudiantil sin más trascendencia, hay ciertas expresiones que me dan pie a algunos comentarios.

Los alumnos como 'esclavos de los profesores': ¡si más bien, en algunos sectores de la enseñanza, se da el caso contrario! Desgraciadamente, la pérdida de autoridad en las aulas ha sido en los últimos años constante, imparable y progresiva. Más bien se debería hablar de la 'dictadura del alumno' (o de la 'dictadura del hijo' en el ámbito familiar), arropada y bendecida por las sucesivas leyes de educación, cuyos autores parecen querer reinventar el mito del 'buen salvaje' rousseauniano.

Los alumnos que 'pierden su vida social'. La primera vez que oí esa expresión fue en clase primero de bachillerato y respondía a mi pretensión de que tenían que dedicar más tiempo al estudio. En mi larga vida docente nunca había oído un argumento así: me habían hablado de sus múltiples ocupaciones, pero no de la necesidad de atender a su vida social. Quienes dicen eso son alumnos que disponen de todas las tardes de la semana libres, excepto una. Su carga lectiva y el estudio subsiguiente no es precisamente mayor que el de hace unos veinte años, pongamos por ejemplo. ¿Alguien se imagina, en 1990, a un alumno reclamando su 'vida social' ante la abundancia de trabajo escolar?

También soy consciente de que expresiones así, y grupos como ese en Facebook, en buena parte son reacciones ante la galería, poses adolescentes que  muestran una actitud contestataria que queda la mar de bien ante sus compañeros. Pero cuando el río suena, agua lleva y, por lo tanto, eso constituye el reflejo de una actitud real. O sea, que no es políticamente correcto hoy en día exigir esfuerzo...

8 comentarios:

Ricardo dijo...

¡Uy, Luis, que a mí no se me ha presentado aún el argumento de la vida social! Pero se me ocurre una pregunta, ¿a qué vida social crees que se refieren: a la real o a la virtual? ¿O a las dos? Si a mí un/a alumno/a me replica con eso, la verdad es que no sabría qué decirle. Un abrazo.

Álvaro P. Vilariño dijo...

Antes, cuando estudiábamos aquí en Santiago, vivíamos nuestra vida. Pasaban semanas o meses antes de ir a casa.
Ahora se sale de marcha los jueves, se dejan toneladas de basura en el campus (unas 5 por jueves, que parece mentira), y el viernes se va a casa de mamá con la bolsa de la ropa sucia y el estómago vacío.
Se come de la sopa boba y el lunes a volver a empezar.
Y si estás en la ESO o el bachillerato, y suspendes todas, o casi todas, no te preocupes. Tendrás igual tu excursión a la nieve, tu móvil de último modelo, tu Ipod, tu portátil, y quien sabe si coche.
Así que ¿cómo te van a dejar sin vida social??

eduideas dijo...

Lo de la vida social a mí me lo dicen muchísimo, cada vez más: después de exámenes hay que descansar aunque se tengan recuperaciones, hay que salir aunque no se domine un examen, hay que quedar con los amigos aunque no se haya acabado un trabajo, hay que dedicar horas al facebook -messenger-blackberry aunque peligre el curso. Y los fines de semana son sagrados, media franja al día si hay evaluaciones, si no, solamente deberes (los buenos)

Luis Inclán García-Robés dijo...

Ricardo: como ves, "Eduideas" ya te ha contestado. Recalco lo que dice de los fines de semana: son sagrados...
Gracias a los tres por vuestras aportaciones.

Anónimo dijo...

Precisamente una de mis batallas de este año ha sido intentar convencer a los de 1º de Bachillerato que es difícilmente compatible ser bachiller con tener una "vida social" -me llama la atención porque es el mismo término que hemos empleado en nuestras discusiones- tan activa como la que tienen. Estos alumnos salen "de marcha" viernes, sábado y domingo -a veces toda la noche- y lo consideran como algo irrenunciable, incluso en época de exámenes... ni que decir tiene que es uno de los cursos más flojos que he tenido nunca.

Mª Amada Patiño Pérez dijo...

¿Y no estarán confundiendo "vida social" con "vida regalada"? Estudiar también puede ser un acto "social", de vez en cuando, mientras no sea en el momento del examen, por mí no hay inconveniente.
Estoy de acuerdo en eso de que la que ha perdido buena parte de su vida social soy yo que me paso las tardes masticándoles el griego para que un buen grupo me lo escupa a la cara al día siguiente porque "eso es muy difícil".
Menos mal que algunos todavía responden y aprenden a compaginar el trabajo con "la vida".

Luis Inclán García-Robés dijo...

Carlos: es curiosa la coincidencia terminológica... En efecto: suelen ser los que gustan de la 'marcha'.

Glaukopis: para ellos/ellas, sí que es 'vida regalada', con honrosas excepciones. Lo de 'esto es muy difícil' me lo acaban de espetar hace menos de dos horas. Pero, a la hora de explicarlo, todo son distracciones y cuchicheos con el/la vecino/a. Por suerte, no todos son asi.
Saludos.

Nuria González dijo...

Pues opino que la jornada laboral de un estudiante (un menor de edad) no debería ser mayor que la que defendemos para los adultos, es decir, 40 horas semanales. Y no es que el resto del tiempo tenga que ser ocioso. Hay muchas otras actividades que hacer en ese tiempo: idiomas, deporte, arte, monitores de tiempo libre..., necesarias para el propio crecimiento. Y la vida social también es parte de ese crecimiento: no se puede ni debe institucionalizar la vida.