lunes, 12 de mayo de 2014

Encuentro

El viejo profesor (para no exagerar: más que viejo, antiguo...) se ha encontrado con una alumna que había acabado en el instituto hace nada menos que dieciocho años. Ha sido un encuentro a cuatro: el profesor, la antigua alumna, el marido de ésta... y la criatura que están esperando.  Un encuentro a cuatro, con presencia de tres generaciones, ... aunque una todavía silente.
Eso pasó hace pocos días, pero al profesor se le han ocurrido algunas consideraciones, unas brevísimas ideas que deja ahora caer al papel (bueno: a la pantalla...).

Ha sido un encuentro bonito, al menos desde el punto de vista del profesor; sin añoranzas ni nostalgias, pero con algunas pinceladas de recuerdos, con diversas complicidades, con más presente que pasado, y con esperanzas de un futuro que hay que ganárselo a base de lucha y esfuerzos.

El profesor, por supuesto, conocía a su antigua alumna, pero no a su esposo. Sin embargo, como también es del ramo educativo, le parece que la sintonía se estableció pronto: al menos esa impresión tiene. Y no solo por coincidencia profesional, cree él...

Y ¿qué se pueden explicar personas de dos generaciones distintas? Todo, o casi todo. Las barreras no las pone la edad, sino la incomprensión y los prejuicios. Y esas dificultades estaban ausentes.

En definitiva: el profesor se considera afortunado por incluir entre sus amistades a un número ya no pequeño de antiguos alumnos. Esta es una de las grandezas de nuestra profesión.


1 comentario:

E, L y D dijo...

Luis, GRACIASSS!!!!