Alguna vez he hablado de algo parecido aquí mismo (¡ya hace más de cinco años!). Y me parece que continúa siendo una asignatura pendiente en nuestra educación, porque el profesor no es un mero transmisor, impersonal y frío, de conocimientos. Se me ha ocurrido traer de nuevo el tema a colación tras haberme enontrado con una cita de Goethe. Es ésta:
Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser.
Un filósofo que conocí hace años, ya fallecido, publicó en una magnífica obra suya esta misma frase, pero dándole la vuelta. Y a mí me gusta más:
Hay que tratar a la gente mejor de lo que es, porque si no, la haremos peor de lo que es.¡Cuántas veces no habremos hundido un poco más a un alumno por no intentar rescatarlo de su situación!
A veces basta con una simple palabra de ánimo, con un comentario que le abre horizontes, que le estira hacia arriba...
Esta es la verdadera labor del buen maestro: hacer que sus alumnos adquieran conocimientos, pero también que lleguen a ser mejores personas.
4 comentarios:
Preciós, Lluís. Subscric el que dius paraula per paraula. És així mateix. Gràcies.
Moltes gràcies, Jordi!
Querido amigo Luis, ¿alguna vez dejarás de sorprenderme? Sigo pensando lo que ya dije en otra ocasión: Tus alumnos han tenido no solo un buen profesor, sino también una excelente persona, un humanista de pro. Amplexus mitto tibi ex insula Magna Canaria, o dilectssime magister!
¡Muchas gracias, Salvador por tus exagerados elogios! Si lo que digo en el blog le sirve a alguien, me doy por bien pagado.
Un saludo cordial para tí y toda tu familia.
Publicar un comentario