Carlos Cabanillas, antes de recoger el premio |
Y recuerdo que lo primero que se me pasó por la cabeza fue la satisfacción de ver reconocido el esfuerzo de cientos de personas que han hecho grande Chiron con su trabajo colaborativo. De ellos es el mérito de hacer crecer diariamente al centauro.
Ya desde antes de su nacimiento, era claro que Chiron no era obra de unos pocos (con ser fundamental la idea originaria y la contribución inicial de un pequeño grupo). Que sería útil y eficaz si servía de aglutinante para el profesorado de clásicas.
Y el milagro se obró: docenas y docenas de personas se prestaron a poner al alcance de todos su trabajo, sus logros, sus inquietudes, compartiendo generosamente sus esfuerzos. Y los profesores de clásicas dejaron de sentirse solos. Creo que este es el principal activo de Chiron.
Por eso, cuando hoy se procedía a la entrega del Premio de la SEEC a Carlos, imaginaba que allí estaban todos los colaboradores -conocidos y anónimos- de Chiron. A todos ellos, la enhorabuena más sincera.
2 comentarios:
¡Qué bien lo has dicho, Luis!
Mi más efusiva enhorabuena. Un abrazo.
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