miércoles, 30 de noviembre de 2011

Chiron: otra vez en Santiago

La segunda edición del curso de Chiron en Santiago de Compostela, para profesores de clásicas, tuvo lugar este último fin de semana.
Varios compañeros han reseñado ya lo acontecido en esas pocas pero intensas horas. Así lo hicieron Ana, Margalida, Susana, Fernando Doménech, Fernando Lillo, y el mismo Hermes. Incluso podemos ver abundantes fotos del curso, aquí, aquí y aquí.
Por lo tanto, poco me queda por decir que no haya aparecido ya en las crónicas citadas. Sin embargo, hay cosas que no puedo olvidar y a las que deseo referirme.

Por ejemplo, la vitalidad de las clásicas, por mucho que desde determinados ámbitos quiera silenciarse  cuanto se hace por nuestras materias en tantos sitios. Prueba de ello, los treinta profesores que han sacrificado casi todo un fin de semana para formarse.

Por ejemplo, que los sueños pueden hacerse realidad. Cuando hace cinco años nació Chiron,  ninguno de nosotros podía imaginar el alcance actual del proyecto ni las docenas de cursos, seminarios, jornadas, congresos... que llevamos ya a cuestas desde entonces. Entre todas esas actividades, los cursos de Santiago tienen algo de especial, porque supusieron el inicio de nuestra tarea formativa.

Por ejemplo, que personas tan distintas sean capaces de aparcar diferencias y de unirse en un objetivo común que merece la pena.

Por ejemplo, que se pueda trabajar intensamente con una sonrisa en la cara; que las horas acumuladas parezca que no pesan, porque el trabajo lo vale y la compañía más aún.

Por todas estas cosas -y otras que me dejo en el tintero-, la experiencia de este fin de semana costará olvidarla.  Hace justo ahora tres años, y en este blog, decía sobre la anterior edición del curso: Quedará para el recuerdo, y para los anales de Chiron, una impagable experiencia 2.0... o casi. Porque, aquella vez, la tecnología nos hizo una mala pasada. En esta ocasión, hasta eso funcionó bien. No se puede pedir más.


2 comentarios:

Domenechino dijo...

Totalmente de acuerdo, Luis! Creo que la amenaza constante de desaparición ha hecho de nosotros uno de los colectivos más renovados pedagógicamente.
Mucho ánimo para las tareas y retos futuros.
Una abraçada

Ana Ovando dijo...

Chiron puede ser un ejemplo para tantas cosas que algún día ha de ser objeto de estudio. Hace unos días le hablaba a un informático sobre Chiron y cuando le decía que todos hacemos de todo, que no hay un gestor administrativo/informático que esté pendiente de los servicios, me dijo que era una bonita iniciativa condenada al fracaso. Mi respuesta por supuesto fue que llevamos más de cinco años "fracasando" cada vez más :D
Chiron no se puede explicar desde fuera, esto hay que vivirlo. Como bien dices, siempre nos dejamos cosas por contar en las crónicas y tus ejemplos son muy clarificadores.
Ya tengo ganas de un nuevo encuentro chironiano, a ver si encontramos alguna excusa adecuada ;-)