Al fnal de cada curso, las despedidas constituyen momentos agridulces: viene a ser -valga el símil botánico- como si una rama se desgajase del árbol (eso siempre da pena)... pero para tener vida propia (lo cual constituye un momento clave y esperanzador en la vida).
Acabo de terminar las clases con los alumnos de Latín y de Griego de segundo de bachillerato. Atrás quedan dos cursos llenos de vivencias que, a la larga, siempre tienen un balance positivo, porque los malos ratos se esconden en los pliegues de la memoria.
Han acabado el Latín y el Griego. Y han acabado de forma satisfactoria porque han superado ambas materias: algunos bien, otros muy bien, pero todos con el premio del esfuerzo empleado a lo largo del curso. Ellos y yo lo sabemos.
Ahora, comienza una nueva andadura para Núria, Mercè, Maria, Anisa, Alba, Cèlia, Ariadna, Júlia, Ester, Miquel y Toni. Cualquier día, en cualquier calle, nos cruzaremos y hablaremos de lo pasado y de lo presente. Lo primero ya es historia, y será grato recordarlo; lo segundo está por hacer. Y, para ello, les deseo lo mejor.
2 comentarios:
Enhorabuena, querido Luis, a tí y a tus chicos. Da gusto leer blogs docente como los vuestros en los que se combinan la reflexión, la autocrítica, la fe y el optimismo.
Καὶ εἰς ἀνώτερα!
Que suerte, que cantidad de alumnas/os en 2º de BAC!Enhorabuena a ellos y ti. Les deseo un feliz "viage a Itaca"
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