SAGUNT, una costumbre saludable

En dos años, he estado cuatro veces en Sagunt. La última, ayer mismo, asistiendo de nuevo a la anual Jornada de Cultura Clásica, y saludando a tantos colegas entrañables. De las dos anteriores ya dejé constancia aquí y aquí. Y también, de la asistencia, con los demás participantes en el proyecto "Dos mil años por correo", a los Ludi Saguntini de 2008.

Por tanto, a esos escritos anteriores me remito, porque el ambiente, la motivación, el entusiasmo siguen en su sitio y no es necesario decir mucho más.

Hoy deseo referirme a algo importante -yo diría que clave- en la difusión y acercamiento de la cultura clásica: la Domus Baebia Saguntina, de la que Amparo y Charo nos hicieron ayer una estupenda presentación. Una aspiración de años, que ahora se está haciendo realidad, de la mano de unos entusiastas profesores de latín y de griego, que empezaron -y siguen- de forma desinteresada con sus Talleres de cultura clásica, que luego se unieron en la asociación Ludere et Discere y que, por fin, han visto realizado su sueño de tener una sede estable.

Porque, reunir a unos 10000 alumnos en Sagunt durante una semana, participando constantemente del teatro y de los múltiples talleres repartidos por la ciudad, es un espectáculo asombroso. No hay nada parecido en ningún sitio: ni por el contenido, ni por el número de alumnos, ni por la dedicación del profesorado.
Ahora, por fin, esos talleres podrán tener lugar todo el año, y ello contribuirá a racionalizar el esfuerzo que supone montar algo así y a erigirse en un proyecto educativo permanente y de referencia obligada.

De todas formas, la joya seguirá siendo, en el mes de abril, los Ludi Saguntini, que continuarán convirtiendo a Sagunt en un hervidero de cultura clásica y que, dicho sea de paso, recibieron hace unos días un premio de la emisora Onda Cero Sagunt.