viernes, 31 de octubre de 2008

COMENIUS, OTRA VEZ

Ya dije en cierta ocasión que tengo debilidad por buena parte de los contenidos pedagógicos de la obra de Juan Amós Comenius.
Como pienso que puede ser de utilidad a más de un docente, vuelvo a desgranar algunas perlas del autor checo, en esta ocasión tomadas de su Opera Didactica Omnia (Amsterdam 1657) y, más en concreto, de su volumen I. Se trata de un apartado titulado "De studio sermonis latini dissertatio. Generalia pro praeceptoribus monita". Como es fácilmente deducible, ofrece Comenius una serie de consejos a los profesores de latín (la traducción es mía: no hay edición en castellano de esta obra).
· El docente, que no enseñe cuanto puede enseñar, sino cuanto puede aprender el alumno.
· A donde quieran que lleguen los alumnos, vayan ellos delante señalando el camino.
· Que nunca los alumnos se vean agobiados por el peso de aprender.
· Tres cosas han de educarse siempre en el alumno: la mente, las manos y la lengua. La mente para entender lo que aprende. Las manos, para poner por escrito lo que entiende. La lengua, para explicar (...) lo que entiende y sabe(...) Así, es posible entender la lengua latina antes que escribirla o hablarla. Y se ha de acometer la práctica con la inteligencia, antes que con la pluma o con la lengua.
· Vayan siempre delante los ejemplos, como materia; sigan los preceptos y las reglas, como forma (...). ¿De qué modo puede gobernarse y dirigirse lo que aún no existe? Y ¿quién ignora que toda regla recibe su luz de los ejemplos? ¿Y que, por otra parte, no se debe anteponer a estos?
Seguro que, a más de un lector, estas breves líneas le han hecho reflexionar sobre su tarea diaria y, si es conocedor del método elaborado por Orberg, habrá observado evidentes puntos de conexión.
Amenazo con volver sobre Comenius en alguna otra ocasión...

7 comentarios:

Ana Ovando dijo...

Creo que voy a hacer una pancarta con la primera frase y la colgaré en la sala de profesores de mi centro.

Por favor, Luis, cumple esa amenaza, estaría genial tener una serie sobre Comenius.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Ana: lo de la pancarta sería algo de lo más llamativo.
La 'amenaza', como puedes suponer, no me costará nada cumplirla.
Hasta pronto.
Luis.

Álvaro P. Vilariño dijo...

Yo soy uno de esos docentes!
Me quedo con la tercera máxima: la mente, las manos y la lengua.

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Podrías ponernos el original latino de la primera frase (El docente, que no enseñe cuanto puede enseñar, sino cuanto puede aprender el alumno.) Es genial.

Luis Inclán García-Robés dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis Inclán García-Robés dijo...

Carlos:
Ahí va la versión original (en latín barroco):
"Docens, non doceat quantum ipse docere potest. sed quantum discens capere". Y añade:
"Non enim ego vasi infundere possum liquoris quantum velim, sed quantum vas capit: nec pro interiore capacitate simul infundendo, sed prouti oris angustia permittit, instillando".
Me permito traducirlo para los lectores no versados en "latines":
"Pues no puedo echar en un vaso todo el líquido que quiera, sino el que admite el vaso: y sin introducirlo de una vez según la capacidad interior, sino vertiéndolo según lo permite la anchura de la boca".
Como ves, Comenius es una mina...
Saludos.

merleta dijo...

Muchas gracias por el texto en latín y por "explotar" una mina tan interesante. Espero la continuación.