Ha habido una avalancha de mensajes de ánimo y de solidaridad. Tal es lo que ha estado sucediendo desde anteayer, a raíz del mezquino ataque a Chiron.
Dicen que se conoce a los amigos en las horas malas, cuando aprietan las dificultades. Y eso es lo que viene pasando desde el desgraciado incidente: docenas de mensajes enviados, entradas de blog, que oscilan entre la indignación y el consuelo.
Por lo tanto, y en primerísimo lugar, gracias de verdad porque demuestra la cantidad de personas que consideran a Chiron como su casa. Y eso reconforta y anima a seguir adelante, sabiéndose con las espaldas bien guardadas.
Y, en segundo lugar, todos deberíamos hacer una reflexión: ¿qué ciudadanos está formando esta sociedad, ávidos de hacer daño? ¿Qué está fallando para que surja tan impunemente la anticultura de la destrucción? Nosotros somos parte de esa sociedad que da formación, y algo tendremos que decir en este asunto. Es cierto que, cuando las cosas te tocan de cerca, escuece mucho más. Pero quizá sea la ocasión de ponernos decididamente a luchar contra ese estado de cosas. ¿Cómo? Sinceramente, creo que no lo sé. O quizá atisbe algo, pero que se escapa a nuestras posibilidades.
El sueño de la razón engendra monstruos, reza el cuadro de Goya. Un buen título para describir el desquiciamiento de quienes abandonan toda idea y se dedican a la destrucción.
Ahora que, al menos de manera provisional, se ha restablecido la conexión normal a Chiron, las cosas vuelven a su cauce. Pero, con calma, con sosiego, tengamos en cuanta que la sinrazón sigue ahí. Y que lo positivo es anular el mal a base de una avasalladora abundancia de bien. Como lo que hacen a diario miles y miles de anónimos educadores. Como lo que pretendemos todos. Como lo que pretende, desde su nacimiento, Chiron.
2 comentarios:
Muchísimas gracias. Naturalmente que de todo esto sale algo bueno: la misma reacción de condena y de desprecio, la unión que está existiendo entre todos/as nosotros/as, las muestras de apoyo, solidaridad y ayuda a los/as gestores de nuestra casa virtual. Incluso hemos de darle las gracias a esos malintencionados por su acción. Nos han unido a todos/as nosotros/as y el centauro bienhechor de la humanidad es mucho más fuerte desde el miércoles.
Un abrazo.
Muchas gracias a vosotros, pues el trabajo que hacéis es estupendo y gracias a él, se ha creado una gran familia unida por el amor al mundo antiguo.
Un abrazo
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