Hace pocos días, comentaba aquí la maduración que suelo notar cuando los alumnos llegan a segundo de bachillerato. Y hoy he podido constatar algunos casos bien reales.
El escenario, la clase de latín; en concreto, las tareas de repaso de principio de curso. No todo son notas brillantes, pero he presenciado, durante varios días, cómo algunas alumnas poco dadas el pasado curso a excesos de trabajo han optado por dejar atrás una etapa y comenzar otra. Cuando, al final de la clase, he comentado esta observación con una de ellas, su respuesta me ha confirmado la sospecha.
Con otra, la cosa ha sido más inesperada: le he preguntado, un tanto preocupado, por qué se ha pasado casi toda la hora con cara seria, cuando suele ser la más bromista y alegre de la clase. Respuesta: porque así no me distraigo tanto y entiendo mejor las explicaciones.
La desgana va dejando paso a un esfuerzo más constante (no es que ahora estén ávidas de trabajo, pero la actitud es muy distinta). Las protestas que eran habituales ante un aumento de tarea, ahora son más matizadas, o simplemente las ven como un sino inevitable y asumido.
Ahora ya saben que este curso han de sacrificar algunas de sus actividaes más lúdicas, porque el tiempo no da para tanto.
Todo ello me ha llevado a comentarles, un poco por encima, que las cosas las veo mejor encarriladas. Decirles que las cosas van bien -cuando es cierto-, me permite ser más creíble si les he de comentar lo contrario -también cuando es cierto-. Espero que esto último sea muy de tarde en tarde.
4 comentarios:
En primer lugar, me alegro mucho por las ilusiones renovadas o recién nacidas que ha encontrado en sus alumnos.
En segundo lugar, debo felicitarle por sus publicaciones, las sigo desde hace tiempo y me gustan mucho.
Encontré su blog a través de culturaclasica.com hace ya tiempo. Pero últimamente tengo unos problemillas (que, resumidos, pueden llamarse un "Señor problema de 500 páginas") para la traducción de Newton.
Necesitaría hacerme con un diccionario de latín que sea, digamos... ¡a gran escala!. ¿Podría usted indicarme el mejor o algunos de los mejores?.
Muchas gracias.
Un saludo.
Edelweis:
Gracias, en primer lugar, por leer estas páginas. Y por los ánimos.
El diccionario más completo que existe en lengua española es el de Blázquez (ed. Sopena). Lo que pasa es que la editorial creo que ya no existe y quedan muy pocos ejemplares. De todas formas, hace unos meses, la librería Áurea de Madrid aún tenía. Los puede comprar on-line. Es en esta dirección:
http://www.libreriaaurea.com/
Espero que tenga suerte.
Saludos.
Luis.
La tendrá, sin duda, en la librería Áurea pude ver hace muy pocos días con mis propios ojos cómo aún quedan unas montañas de diccionarios de latín de Sopena: Blánquez,no Blázquez. ¡Saludetes!
¡Muchas gracias por la información!
Un saludo
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