
Hace unos días, recibí muchos mensajes felicitándome por mi aniversario. Y la mayoría eran de ex-alumnos, más o menos recientes. Al lado de los tradicionales "que pases un buen día", "que te vaya todo muy bien", hay también unos cuantos deseos de "exprimir" el día hasta el final: "que disfrutes de este día al máximo", "disfruta cada momento", e incluso los que extienden el deseo a mi etapa post-docente: "...disfrutando a tope de esta nueva etapa". Me ha llamado especialmente la atención un mensaje algo más elaborado: "sobre todo disfruta tu día como si no lo hubieras hecho nunca".
Por supuesto que he agradecido esos mensajes porque todos incluyen un amigable deseo de felicidad. Lo único que pretendía comentar aquí es ese afán tan adolescente de vivir sin frenos ni ataduras, que muchas veces lleva a situaciones desgraciadas. Y algunos parecían deseármelo a mí: estaba para pensar que el mensaje del carpe diem resulta más acorde con mi condición, aunque sólo sea porque me quedan menos años de vida que a ellos... Pero no lo decían por eso, seguro.
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