miércoles, 23 de mayo de 2012

Recortes y calidad de la enseñanza

Es probable que, en el ámbito de la enseñanza -aunque no en exclusiva-, se trate de la palabra más pronunciada, temida y denostada de los últimos tiempos: los recortes.
Caldeado aún el ambiente post huelga de la enseñanza, de ayer dia 22 de mayo, se me ocurre lanzar a la nube algunas ideas a las que he ido dando vueltas tras varias lecturas de los último meses.

En realidad, proceden (las ideas) de unos informes y de alguna lectura complementaria.

Los informes fueron realizados por FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada). Uno de esos informes está fechado en febrero de este 2012 y versa sobre el rendimiento escolar. Contra lo que pudiera pensarse, no parece que obtengan mejores resultados los alumnos que dedican más tiempo a estudiar en casa. Y también resulta sorprendente su conclusión final: el resultado más eficiente se obtiene a través de la inversión en más horas en clase, en vez de en grupos más reducidos (más profesores) o escuelas mejor equipadas. 


La misma Fundación publicó en noviembre pasado otro informe titulado "Recortes educativos: la cuestión no es cuánto, es cómo y dónde". En él, FEDEA intenta presentar soluciones a ese cómo y dónde del título, mencionando reformas que contribuyen a la calidad de la enseñanza sin que supongan un gasto económico sustancial: control del nivel educativo de los centros mediante evaluaciones externas; aumento de nivel de autonomía de los centros; fomento de la disciplina en las aulas (propone la creación de una especie de 'carnet por puntos'); y que, si no hay más remedio que bajar los sueldos de los docentes, que se haga en su salario base, pero que se aumente (si procede) en cuanto a la productividad.


Complementario de ese informe sobre "Recortes..." es el "Manifiesto para mejorar el rendimiento del sector educativo en España", firmado por treinta y dos personas, mayoritariamente profesores de universidad, y fechado la semana pasada.


Mayores dotaciones económicas no garantizan una mejor educación. Recortar esas dotaciones puede que la empeoren, aunque no necesariamente, si se sabe dónde aplicar la tijera. El problema es que esto último no parecen tenerlo muy claro quienes deben asestar el golpe...

1 comentario:

Anónimo dijo...

recortar en educación es hipotecar nuestro futuro