lunes, 12 de septiembre de 2011

Nuevo curso

Hoy ha comenzado, al menos en bastantes sitios, el nuevo curso escolar.  Los inicios siempre traen consigo una cierta dosis de ilusión, aunque este año se vean ensombrecidos por circunstancias ajenas a la educación en sí: recortes, aumento de horas lectivas, congelación de plazas docentes...

Todo ello no ayuda a comenzar la tarea de forma optimista, tranquila y esperanzadora. Pero, mencionado todo ello, se me ocurren unas breves  reflexiones:

Que el número de horas lectivas sea un poco superior (una o dos) creo que no es razón suficiente para que empeore la calidad de la enseñanza. ¡Ya quisieran casi todos los profesores de la concertada o de la privada dar 20 horas lectivas a la semana! Puede haber otras razones (mayor número de alumnos en clase, por ejemplo) pero esa no creo que sea de peso.
Además, los profesores de clásicas tienen en su mano impartir todo el currículum de la ESO y de Bachillerato con esas 20 horas: 16 de Bachillerato (Latín y Griego), 3 de Latín de 4º de la ESO y una de Cultura Clásica. Eso fue lo que yo hice en mis dos últimos años de docencia.

Que el recorte de asignación económica vaya a repercutir también en la calidad docente se ha de ver. Todos cuantos nos hemos dedicado a la enseñanza sabemos el despilfarro económico que se hace a veces, a través de pequeños -y no tan pequeños- detalles: gasto desmesurado de papel, de luz, de material diverso...  No sé si en otros sitios el profesorado es más cuidadoso, pero en mi antiguo centro me hartaba de apagar luces de aulas al final de la mañana o de la tarde.

Todo cuanto he dicho no es políticamente correcto -lo sé-, pero creo que la calidad de la enseñanza no se mide por esos raseros: hay muchas otras cosas que cuidar primero (la metodología empleada, la atención a los alumnos, la colaboración del profesorado en el propio centro... y la pasión que se pone en la difícil pero importante tarea de educar).


2 comentarios:

Carlos Cabanillas dijo...

El problema, Luis, es que todo lo que propones como medida de la calidad en educación -excepto lo de la pasión- es difícil de conciliar con el aumento de horas lectivas y, sobre todo, con la reducción de recursos humanos en los centros.

Anónimo dijo...

Los profesores de Castilla-La Mancha no podemos impartir todas las asignaturas del departamento: 16 de Bachillerato, 3 de Latín de ESO, 2 de Cultura Clásica y 2 de la jefatura de departamento, lo que además supondrá que sólo tengamos 1 hora complementaria para cumplir con lo establecido en la orden ministerial que regula el horario del profesorado.