viernes, 29 de julio de 2011

El enésimo remiendo

Hoy, el Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto que modifica la etapa final de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO),  uno de los últimos antes de la convocatoria de elecciones para el 20-N.

He perdido ya la cuenta de los retoques que se han hecho a la LOE, por no hablar de los que sufrió la LOGSE. Apaños que quizá arreglan parcialmente algún fleco, pero no el conjunto ni la esencia del sistema. Y así nos va desde hace ya muchos años.

A partir del curso 2012-2013 se retoca, sobre todo, el cuatro curso de la ESO, estableciendo tres opciones encaradas al Bachillerato científico-técnico, al de humanidades y ciencias sociales, y a la Formación profesional. Se podría suponer que cada una de esas opciones habilita para los estudios posteriores a los que va encaminada. Sí, pero no: se haga la opción que se haga, el alumno puede luego acceder a cualquier Bachillerato o Formación Profesional. O sea, que alguien que no ha cursado Física y Química (por ejemplo) en 4º de la ESO, se puede matricular en el Bachillerato científico tan ricamente. Y así sucesivamente...

Hay siete (u ocho) materias obligatorias: Educación ético-cívica, Educación física, Ciencias sociales, Geografía e Historia, Lengua castellana y Literatura -Lengua cooficial si la hubiere-, Matemáticas y una primera Lengua extranjera. Además, los alumnos habrán de elegir tres optativas de una de las opciones que se ofrecen:

Las tres opciones contienen cada una tres materias:

Opción 1: Educación visual y Plástica, Latín, Música
Opción 2: Biología y Geología, Física y Química, Tecnología.
Opción 3: Alimentación, Nutrición y Salud; Ciencias Aplicadas a la actividad profesional; Tecnología.


Hay, además, otras tres materias comunes a todas las opciones: Informática; Orientación profesional e iniciativa emprendedora; Segunda lengua extranjera.
Los alumnos pueden elegir las 3 optativas de una opción, o bien 2 de ellas y una de las comunes, o 2 de una opción y una de otra opción.  Es decir, que muchos alumnos tirarán por el camino del medio y buscarán las materias que le sean más asequibles...

Para acabarlo de arreglar, como en los centros pequeños esa oferta no es asumible, se admite que únicamente se cursen dos materias de cada opción y otra de las comunes: en total siete. Con lo que los alumnos de esos centros tendrán menos posibilidades de elección que los de un centro más grande. ¡A eso se llama igualdad de oportunidades!

Hay también otras novedades, como la regulación  del acceso a los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), a los que ahora  se podrá llegar con 15 años. Se ve como una salida para aquellos alumnos que, ya en 3º de la ESO, estarían abocados a repetir o a abandonar los estudios. O la emisión de un Certificado a quienes no logren superar la ESO.

Ojalá estas medidas redunden en beneficio de una mayor calidad, aunque algunas de ellas son de una eficacia más que dudosa.  Y, con el gobierno que vendrá a partir del 20-N, ¿habrá nuevos remiendos?

2 comentarios:

Negrevernis dijo...

No las tengo yo conmigo con esta noticia... Como tú dices, los alumnos irán por la vía del medio, o, presupongo, eligirán asignaturas en función de los profesores que las den (es decir, a por los más blandos)...

Ramon Torné Teixidó dijo...

Les matèries "optatives-obligatòries" es menjaran les que són "optatives-optatives" (l'itinerari 3 les protegeix com cap altre). Fins avui no era massa difícil aconseguir dos grups de Llatí a 4t d'ESO (que asseguraven la presència i continuïtat de les clàssiques al batxillerat). Amb aquesta decisió polítia l'assignatura quedara adequada i progressivament diluïda, de manera que amb el temps ningú no sabrà dir l'origen del mal de què es mor (és una de les virtuts/habilitats dels impulsors del constructivisme). Acabo: algun dia caldria informar bé el professorat de clàssiques de les sortides que encara té, per exemple el RD per a adquirir noves especialitats . D'alguna cosa hem de menjar!