miércoles, 21 de octubre de 2009

Buenas notas y buenas personas

El personaje de la foto, risueño él y con cara de buena persona, es Ken Blanchard, experto en management y autor de una treintena de libros. También se pueden ver en la red videos de sus conferencias.

Hoy aparece en 'La contra' de La Vanguardia, espacio de entrevistas muy apreciado por los lectores. Pues bien, Ken Blanchard se despacha (o, más bien, el periodista) con el siguiente título: "Las buenas notas por sí solas forman malas personas". Dicho así, parece revolucionario, pero hay que leerse la entrevista completa para darse cuenta de lo que quiere decir.
Ken no es un teórico de la educación, sino un experto en liderazgo. Quizá por eso sabe poner el dedo en la llaga al hablar, por ejemplo, de:

(...) Wall Street y la banca, donde los poseedores de los mejores expedientes académicos están pagándose sueldos increíbles con nuestros impuestos... (...) "Si no nos pagamos estos bonus millonarios - argumentan-, los mejores se van a otros bancos y países...". Pero, ¡por Dios santo!: ¿cuánto hay que pagarle a un banquero para que se sienta bien retribuido? (...) ¿Cuánto tiene que cobrar un gestor o un político para no tener la tentación de robar?
Y ¿qué tiene esto que ver con la educación?

Todo el sistema educativo se ha transformado en una máquina de calificar, seleccionar, segregar, categorizar, dar notas... Educar se ha reducido a hacer la selección de personal desde la cuna hasta el despacho de jefe. Y por el camino quedan los perdedores. (...) Así siempre necesitamos acumular más porque nos sentimos cada vez menos. (...) ¿Hay algo más egoísta que un bebé? ¿Hay alguien más centrado en sí mismo que un preescolar? ¿Y sabe por qué? Porque no se nace generoso: la generosidad se aprende, y no la estamos enseñando. Al contrario, enseñamos que sólo te vamos a querer - desde papá hasta el jefe- en la medida de lo que consigas puntuar, obtener, mandar...
Quizá es una posición extremista, pero no se puede negar que tiene su atractivo. Y, en el fondo, creo que muchos docentes estarán de acuerdo. Por supuesto yo entre ellos.
Si se deja de primar el resultado por el resultado, si se humaniza la enseñanza, a los alumnos les puede pasar lo que dice nuestro personaje al final de la entrevista:

Se esforzará si sabe que es un ser humano al que se le ama porque es él y con esa confianza podrá ser generoso y devolver ese amor a los demás sin exprimirlos para obtener más resultados con que conquistar su admiración, que él confunde con ese cariño que se le escapa... Esa es la diferencia entre el líder que sirve y el líder que se sirve de los demás.
Recomiendo sinceramente la lectura de toda la entrevista. ¿Se trata de un planteamiento utópico? Quizá tiene algo de eso pero, como mínimo, resulta enormemente sugerente.

3 comentarios:

Montse dijo...

Muchas gracias por darnos a conocer esta entrevista, me parece fabulosa. Claro que es utópico, pero ¿qué tiene de malo la utopía? Sólo quien se siente insatisfecho con el mundo que tenemos y trata de poner en práctica otro mundo posible existente en la imaginación es capaz de transformarlo. No podemos olvidar que "cuando el dedo señala la luna, el imbécil mira el dedo" (no sé quién lo dijo pero lo dijo alguien, no es mío, por eso lo entrecomillo).

El Critianismo es una utopía, los Derechos Humanos también son una utopía. La utopía si no se dogmatiza no tiene nada de malo.

Un saludo, Montse

Ricardo dijo...

Una utopía educativa por la que merece la pena luchar, que merece la pena llevar a las aulas, porque tal vez nos sorprenderíamos de cuánto podríamos enseñar entonces. "Conócete a ti mismo", decían los antiguos. Un abrazo, Luis, y muchísimas gracias por compartir esta interesantísima información.

Eos dijo...

Pura lucidez!!!