viernes, 23 de noviembre de 2007

FIASCO

Acaba de hacerse público un informe en el que se constata el alto nivel de fracaso escolar en España y, sobre todo, en Catalunya: hay demasiados alumnos que no logran acabar la ESO y muchos abandonan los estudios al terminarla... si no lo hacen antes.

Ante esta realidad, compartida de forma raramente unánime por amplios sectores, han comenzado a aparecer las terapias. En general, van dirigidas hacia dos puntos: desde casi todos los lados, se reclaman más recursos para la enseñanza; desde la administración, se cantan las excelencias de la nueva ley de educación.

Para mí que los tiros van por otro lado. Observo la realidad de mi centro y creo firmemente que con más medios se puede poner algún parche, pero no se arregla el fondo de la cuestión.
Y sobre la nueva ley de educación soy absolutamente escéptico. No por la que se avecina, sino por lo ocurrido con todas las que he llegado a conocer en mi vida estudiantil y profesional.

Tan solo hace falta preguntar a algún profesor que lleve algo de tiempo en el oficio para darse cuenta de que los males tienen un origen más bien social y político: se huye de lo que cuesta esfuerzo, se priman las cosas que se consiguen fácilmente, los hijos -a veces desde la preadolescencia- le han ganado la partida a los padres y consiguen cuanto quieren, y los planes de estudio también han claudicado ante la presión social de lo fácil, lo placentero y lo lúdico.

Con este panorama, y con la cantidad de alicientes que ofrece nuestra sociedad, no es extraño que los alumnos trasladen a su vida escolar los valores -o contravalores- que ven fuera.

También se ha comentado recientemente el alto nivel de consumo de drogas en nuestro país.
En el cuadro siguiente, se puede observar el crecimiento imparable de ese consumo entre los adolescentes, y las cifras dedicadas a luchar contra él.
Y llama la atención que, a pesar de los medios empleados, la cosa sigue en aumento. Otra vez, podemos constatar que los medios no son la solución única para erradicar el problema.

Y, ¿qué pasa en Finlandia, hacia donde todo el mundo mira al hablar de educación? Pues que:
-la carrera docente tiene un alto nivel de exigencia,
-la figura del profesor es muy valorada en la sociedad,
-se prima la motivación sobre la obligatoriedad,
-rara vez las clases son de más de 20 alumnos,
-hay estabilidad en la política gubernamental sobre educación,
-se valora la responsabilidad en el cumplimiento de las obligaciones,
-y todo eso, con algunas horas menos de clase, y menos tiempo dedicado a los deberes.
Quizá sí tenemos algo que aprender de nuestros vecinos del norte. Para quien desee saber más sobre el tema, puede ver este enlace.

5 comentarios:

Iaenus dijo...

Y si el planteamiento lo hiciéramos desde un punto de vista social: los padres tienen hijos más tarde lo que puede ser motivo de dos causas:
- un gran poder adquisitivo que permita ese tipo de "lujos" o consentimientos.
- mayor tolerancia, ya que conforme la edad se apodera de uno, hay un sentimiento más afable y tolerante por los "nuevos" (v.gr. abuelos-nietos).
A lo mejor estamos ante una generación (la de los padres) que aprendieron por la experiencia que no vale para nada lo "académico" y sí cómo te busques la vida. En el vídeo de la página de Ana (el de la universidad de Kansas, creo) los alumnos sugerían que trabajarían en algo que todavía no existe. Cuando yo estaba en bup, no hace tanto tiempo:
- no había móviles
- no existía la internet
- no había microondas
- nadie sabía qué eran las energías renovables
- ¿invernaderos?
- ......
¿Cómo podemos "orientar" o exigir trabajo en algo que "no valerá para nada"?
Otro ejemplo: la calculadora, en COU había un iluminado que predicaba que no debían los alumnos utilizar la calculadora. ¿En cuántos trabajos actuales no se utiliza la calculadora?
Y no es que esté en contra de los principios de esfuerzo, educación, orientación, formación, etc....
Pero creo que la Educación, en mayúsculas, debía ser algo más humano y menos mercantil o laboral.
Sobre las drogas: no me fío de las encuestas.
Atentamente
Iaenus

Luis Inclán García-Robés dijo...

Apreciado Iaenus:
El origen social del conflicto ya he dicho que me parece una de las causas principales. Y la familia tampoco se escapa a las tendencias del entorno.
Que la educación debería ser más humana, sin mercantilismos, es un bonito ideal, pero creo que utópico hoy por hoy.
Y las drogas, aunque no nos fiemos de las encuestas, están ahí. No digo que esa sea la causa del fracaso escolar, pero lo acompañan demasiado frecuentemente...
Saludos.

toninicasanipasta dijo...

Mal que nos pese, la educación en este país debe pasar por un aumento del poder de coerción del maestro. Tal como dijo cierto juez, hemos pasado de un extremo a otro: los padres antes eran dictadores ("niño, tómate la sopa o te doy un par de tortas") y ahora son los colegas de los niños ("venga, tómate la sopa, por favor..." -y al final el padre acaba tirando la sopa porque el niño no se la ha tomado). Pues lo mismo ha pasado con la figura del maestro, todo un alias paternal. Y si no existe coerción, no hay quien haga caso. No resulta raro ver casos como el de la profesora italiana a la que filman metiéndole mano. ¿Y qué va a hacer, porque si les da una leche aún va a ser peor para ella? Y con el pasotismo y el no-me-atrevo-a-meterles-caña esto es un cachondeo.
El profesor educa a niños para convertirlos en ciudadanos. Y un tirón de orejas de vez en cuando a los más díscolos ahorraría un buen montón de dinero, que podría invertirse en otras cosas, que buena falta hacen. Yo no creo en la creación de clases según aptitudes o mejor o peor disposición al estudio: eso produciría ciudadanos de segunda. Cuando el niño falla en los estudios no es culpa suya; es culpa del profesor. De él es la responsabilidad de llevarlo por el buen camino. "Per fas et per nefas."
Por eso (no tener poder ninguno con los rebeldes), por los males planes de estudio (vaya cachondeíto se traían con el nombre: "ESO") y por algunas que otras razones (aguantar a padres más ignorantes que los hijos, por ejemplo, o no considerarme suficientemente bueno para afrontar semejante reto) nunca me ha parecido buena la idea eso de ser "profe" (que no "señor Profesor", que es lo que uno debería ser).
¿Los móviles en clase? Requisarlos, quitarles la tarjeta para devolverla a su propietario, y martillazo al canto. Final seguro para las molestas melodías en horario escolar.
¿Las drogas? Uf, para dar soluciones a eso no me veo tan osado como para opinar sobre eso.

A los que trabajais en el ramo, mis respetos y mis condolencias, muchachos.

Anónimo dijo...

YO no sé la respuesta a la causa de esta situación. El caso es que al principio me mostraba excéptica hasta que me he topado con la realidad, algo extrema, de un Programa de garantía Social. Describí mi experiencia en mi blog:

http://potnia.wordpress.com/2007/11/13/nuevas-generaciones-anarquia-linguistica/

Anónimo dijo...

Se te olvida decir y con menos presupuesto pero mayor optimización de recursos.
Todo tiene que ver con la sociedad, aquí se valor según los salarios y no hay una concepción de trabajo POR LA SOCIEDAD como un funcionario de allí ¡Cuando vas a finlandia te asombras! de cualquier actuación natural del funcionariado y aquí siempre con la picaresca...