Último trimestre. O sea, que entre la primavera y los agobios estudiantiles de final de curso, la cosa promete movimiento.
Estoy en 4º de la ESO, con un grupito reducido de alumnos, metido de lleno en etimologías. El crédito variable trimestral se titula Léxico científico de raíz greco-latina. En principio, está concebido para quienes piensan hacer un bachillerato científico-técnico el próximo curso. A la hora de la verdad se apuntan: unos pocos aficionados, y algunos más que escogieron la materia en segunda opción, y no han cabido en la primera... Un tanto desanimante, pero es lo que tenemos.
En 1º de bachillerato, ha habido una baja real: me he quedado con 12 en Latín y con 11 en Griego. Digo baja real porque sigue habiendo presentes ausentes. Creo que no hace falta insistir más en el tema.
Los de 2º de bachillerato empiezan su maratón: tras las próximas dos semanas, unos pocos días de fiesta local para martirio de las conciencias ("estudio..., salgo..."), y dos semanas más de clase, incluídos los exámenes de la tercera evaluación. Luego, las pruebas de suficiencia para quienes necesitan segundas oportunidades. Y el 12 de junio la Selectividad. Como se ve, todo un panorama al que algunos, en un alarde de puro masoquismo, añaden las clases para el carnet de conducir...
Tanto en Latín como en Griego, les he comunicado (a los de 2º) un plan de final de curso, por el que mis alumnos me han calificado de transgresor y revolucionario, mientras que ellos se han alineado más bien en el bando conservador. ¡Vivir para ver! En otro momento explicaré en qué consiste tamaña barbaridad y lo que me ha motivado a ponerla en marcha.
De momento, el próximo viernes tenemos Jornada de Puertas Abiertas en la Universidad de Girona, y allá estaremos sumergiéndonos en el mundo universitario por un día.
De una entrada antigua del blog de Javi, copio el dibujo que ilustra estas líneas.
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