viernes, 17 de noviembre de 2006

ESTUDIAR CLÁSICAS

Hace unos días leí en el foro de Culturaclásica.com los argumentos de una alumna de Filología Clásica sobre la motivación que le había llevado a emprender esos estudios. Me pareció un escrito sincero, muy bien redactado y mejor pensado. Por eso, por sus argumentos, se lo he comentado a mis alumnos de latín y de griego, para hacerles ver que su elección de estudios no debe ser fruto de una moda pasajera ni de otras motivaciones más o menos superficiales.
Reproduzco el escrito para que el lector lo valore por sí mismo.

Para mí clásicas era la única carrera que me daba y me da todo cuanto mi espíritu y mente necesitan: arte para regocijarme, música para calmarme, literatura con la que evadirme, leyendas en las que perderme, filosofías que me hacen dudar y pensar, poemas líricos con los que enamorarme, personajes a los que seguir, historias de las que aprender...
Para mí la cultura grecorromana es la alfa y la omega de cuanto nos rodea, el principio y el fin, el arjé y ackmé de nuestro mundo. Sin ellos no seríamos nada, sin ellos no somos nada.
Para mí clásicas es mi infancia sentada frente al televisor viendo los documentales sobre Grecia y Roma que emitían en la TV2; es el recuerdo de los cuentos populares que me narraba mi abuelo al irme a dormir: Apolo y Dafne, Filomela, etc; es oír la voz de mi padre al narrarme las batallas de Alejandro Magno y Julio César...
Clásicas, simplemente, es mi vida. Sé que muchos no comparten mi idea, que otros no me comprenden y que para muchos es una carrera sin salida... pero... ¿Cómo podrías vivir trabajando o estudiando lo que no te gusta y sin haberte realizado como persona? Yo no podría.

Es evidente que esta chica pone pasión en lo que dice y, muy probablemente, en lo que hace.
Cuando desde todos lados (sobre todo, lados 'oficiales') se olvida o se pone en cuestión la validez de lo clásico, leer cosas como este escrito da ánimos. Y viene a demostrar que, con personas así, tenemos garantizado el futuro.

28 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí senyor! Molt ben dit! Estic totalment d'acord amb el que diu aquest escrit. La veritat és que valen més la pena pocs estudiants ben conscienciats i entregats a allò que estan estudiant, que molts estudiants interessats simplement en aprovar la carrera i trobar feina.
Vale!

Luis Inclán García-Robés dijo...

Ja em semblava que aquest escrit l'hauries signat tú també! Saluda de part meva Sergi, i que disfrutis amb el 2n i després amb la carrera. Una abraçada.

Charo Marco dijo...

Estimado Luís,
En primer lugar, felicidades por el post, me ha gustado mucho.
En segundo lugar, me he tomado la licencia de poner un enlace a este artículo, pues tengo algunos alumnos con dudas sobre sus estudios futuros y espero que la lectura de esta declaración "tan sincera y hermosa" les pueda ayudar.
Gracias
Besos
Charo M.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Apreciada Charo,
gracias por tus elogios. Y puedes tomarte esa licencia cuando lo creas conveniente. ¡Faltaría más! No me olvido de Apicio y de tu blog. Ya tendrás noticias mías hacia febrero o marzo, cuando monte mi 'Cena' particular con los alumnos.
Saludos muy cordiales.

Israel Sanz Sánchez dijo...

Hola a todos:

Acabo de encontrar este blog por casualidad, fruto de una busqueda de Google (perdonadme que omita las tildes, estoy escribiendo desde EE.UU.). Soy un antiguo alumno de Filologia Inglesa en la Universidad de Valladolid, y actualmente estoy cursando un doctorado en Linguistica Hispanica en una universidad norteamericana (vueltas que da la vida...). Sin embargo, me siento muy cercano al mundo de los estudios clasicos y a la gente que se dedica a ellos (docentes y alumnos). Acabo de leer la bella defensa de los estudios clasicos publicada en este blog y se me ocurren muchos comentarios, pero intentare ser breve. Ante todo, quiero dejar claro que los interrogantes que aqui planteo son realmente un planto, y desde luego no un ataque a una rama de estudios y a un mundo academico al que amo.

Dicho esto, dire que, de mis muchos amigos y conocidos que estudiaban (y completaron) Filologia Clasica en Valladolid, ni uno ha podido encontrar trabajo dentro de "lo suyo". Dando por supuesto que su situacion no distara mucho de la de los titulados en otras universidades españolas, paso a continuacion a relataros las variadas salidas laborales de que disfrutan estos licenciados en la actualidad: poner copas en un bar (despues de intentar sobrevivir enseñando en academias sin contrato y a 6 o 7 euros la hora), atender el telefono en el servicio al cliente de Vodafone, idem para el servicio de urgencias 112, oposiciones al cuerpo de penitenciaria del estado... todas ellas, huelga decir, previo paso por la experiencia de oposiciones a secundaria con 10 plazas para varios cientos de aspirantes en varias comunidades autonomas, y sin posibilidades de "pillar" nada mejor que una interinidad en algun pueblo de la montaña leonesa dentro de varias convocatorias de la oposicion (no al opositar por primera vez, desde luego). Dicho sea de paso que ninguno de estos alumnos eran estudiantes que estuvieran dedicandose a los estudios clasicos sin un gran amor por lo que hacian y por lo que estudiaban. Creo alentador que todavia existan alumnos que se atrevan (no se me ocurre un verbo mejor) a estudiar clasicas en un mundo en el que las humanidades en general, y los estudios grecolatinos en particular se encuentran muy devaludados. Pero la pregunta sigue en el aire: ¿como promocionar los estudios clasicos? ¿Con que argumentos podemos justificar que la gente se pase estudiando varios años para acabar, en la gran mayoria de los casos, frustrados, desencantados y trabajando en los mas variados oficios, por supuesto muy dignos, pero codo con codo con gente que simplemente tiene el graduado escolar? Alumnas y alumnos como el autor de esta bonita declaracion de amor hacia lo clasico son hoy, por desgracia, la anecdota y no la regla general. Creo que el vacio laboral al que se enfrentan los estudiantes de muchas titulaciones en España hoy (entre ellas, clasicas) es un factor que esta ahi, por mucho que queramos pensar que el atractivo de lo clasico va a seguir siendo suficiente para atraer gente a las aulas de las universidades españolas. Para muestra, un boton: cierto miembro del personal docente del departamento de Filologia Clasica de Valladolid me comentaba que, para el curso 2006-2007, se ha matriculado UNA alumna en primero de carrera. Esto culmina una tendencia ya presente desde hace muchos años materializada en menos alumnos que entraban a la carrera que numero de personal docente en el departamento... ¿Que va a pasar dentro de varios años, cuando probablemente ya no haya nuevos alumnos? ¿Como se puede animar a nadie a que estudie clasicas cuando su futuro es poner copas en un bar o contestar llamadas de clientes?

Supongo que lo que estoy buscando es que, entre las respuestas a este blog, alguien me diga que estoy absolutamente equivocado y que el dedicarse a los estudios clasicos hoy es una alternativa realista y viable. Sere claro: no hablo de gente que ya lleve enseñando 20 años y ya tenga su plaza en una universidad o un instituto (supongo que desde esa posicion es mas facil animar a la gente a que estudie clasicas). Hablo de un estudiante de 18 años que entra a la universidad y que no quiere tener que vivir en casa de sus padres hasta los 35 años, sin un empleo decente hasta ese momento. ¿Que argumentos pueden ofrecersele para que ese estudiente decida meterse a clasicas? (considerando, por supuesto, que todavia sea posible estudiar clasicas y que alguno de los proximos gobiernos no decida eliminar titulaciones en las que haga años que entra un numero exiguo de estudiantes). ¿Cuanta gente va a haber que este dispuesta al enorme sacrificio economico, psicologico y animico de dedicar varios años de tu vida (carrera + oposiciones fallidas + contratos cutres en academias por cuatro duros + + + ...) a algo que, por desgracia, nadie quiere y nadie valora? ¿Que consuelo tendran esos alumnos cuando, a sus 35 años, cansados de luchar, tiren la toalla y acaben definitivamente por trabajar en algo que no tiene nada que ver con lo que habian estudiado? Mucho me gustaria decir eso de "quiza soy yo, que lo veo todo muy negro", pero mi desaliento no se basa en proyecciones estadisticas a 10 o 20 años vista, sino en lo que ya hoy esta ocurriendo: es extremadamente dificil vivir de los estudios clasicos, no hay alumnos, no hay interes social, y mucho me temo que dentro de poco no habra departamentos.

Siento haber pintado este panorama desolador, pero creo que los estudios clasicos viven momentos muy adversos. Lo que verdaderamente hace falta es una estrategia comun bien planificada sobre como salvar los estudios clasicos en España, si es que aun se puede, porque confiar en que alumnos como la autora de las lineas a las que ya he aludido vayan a solucionarnos la papeleta es, a mi juicio, simplemente ilusorio.

Gracias por permitirme expresarme con esta prolijidad, y un abrazo a todos.

Israel.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Israel:
Gracias por tu kilométrico comentario (mientras el blog resista...). Hay tres alumnos de bachillerato (no son alumnos míos) que miran este blog y piensan hacer clásicas. No me extrañaría que pensasen en responder a tus cuestiones. Ya veremos...
Por mi parte, mejor no opinar, porque soy de los que estoy ejerciendo desde hace más de 20 años, como dices (¡y hasta más de 35!).
Un saludo muy cordial. Y comenta cuando y cuanto quieras. Luis.

Anónimo dijo...

Israel:
soy una de estas alumnas de las que habla Luis. Estoy haciendo 2º de bachillerato y el año que viene quiero entrar en filología clásica en la universidad de Barcelona. Hace un tiempo tuve la suerte (desde mi punto de vista) o la desgracia (desde el tuyo) de enamorarme del mundo clásico. Te doy la razón en casi todo, en que las clásicas hoy en día tienen pocos estudiantes, en que ya no tienen ni de lejos la consideración que habían tenido tiempo atrás, en que gran parte de los que las estudian acaban trabajando en cosas que no tienen nada que ver con ellas... hasta aquí estoy de acuerdo, son hechos objetivos, datos que, nos gusten más o menos, son ciertos. Pero hay algo en lo que discrepo contigo. Hablas de frustración por acabar la carrera y no poder trabajar en algo que tenga que ver con las clásicas. Bueno, pues me veo obligada a decirte: si llevásemos al extremo la situación y, directamente, yo supiera que al terminar la carrera no tendría ninguna opción de trabajo relacionado con ella, aun así, yo el año que viene entraría en la facultad de letras para estudiar clásicas. ¿Por qué? porque esto no me importa en absoluto. Yo no veo mi vida universitaria como una etapa encarada hacia el trabajo. No, yo la veo como una etapa para seguir formándome, y mi formación ha de ser para mí, no para mi trabajo. Estudiaré lo que más me gusta y después trabajaré de lo que pueda; si tiene relación con las clásicas mejor que mejor, pero sino, pues tampoco va a molestarme mucho. ¿Y sabes por qué? Pues porque lo que tengo clarísimo desde el primer día en que me planteé estudiar una carrera universitaria (mucho antes de decidir que ésta sería filología clásica) tuve claro que estudiaría lo que a MÍ me gustara, estudiaria por gusto y no para poder ganar mucho dinero cuando entrase en el mundo laboral. Yo podría muy bien entrar en la facultad de derecho, sacerme un carrerón y unas oposiciones, cobrar una pasta increíble a final de mes, vivir en Pedralbes, tener un Ferrari, un yate y una casa en el campo... y no me sentiría feliz, porque no habría estudiado lo que de verdad me gusta, porque lo que de verdad me frustraría sería haber abandonado un sueño para dedicarme a algo que detesto y que tendré que hacer durante 40 años. Ésta, y no otra, es la razón por la que el año que viene empezaré a estudiar clásicas, sea cual sea el número de estudiantes, piensen lo que piensen los demás, trabaje de lo que trabaje al licenciarme.
Un saludo, Israel, y otro para ti, Luis.

Anónimo dijo...

¡Hola! yo soy una chica de 2º de bachillerato que tengo pensado (desde hace mucho)realizar la carrera de clasicas. Se que las salidas profesionales que me esperan no son tan amplias como las que puede encontrar un abogado o un médico, pero también sé y creo que no me equivoco, que si no hago lo correcto (realizar la carrera de clasicas) me sentiré vacía y en algún momento de mi vida me arrepentiré. Puede que después de mucho esfuerzo no logré trabajar en la docencia, que es lo que realmente quiero, pero yo lo ¡intenataré!. Y realmente las clásicas NUNCA desaparecerán, ya que es la base de nuestra cultura y lo que hace que en el fondo todos nos sintamos un poco griego o romanos.

Gracias por vuestro tiempo.

Anónimo dijo...

Bueno, yo soy uno de esos tres alumnos de bachillerato que nos decantamos por la Filología Clásica.
Me parece que Israel en su comentario tiene bastante razón cuando dice que el interés por los estudios clásicos es muy bajo en España, pero me parece que no por eso debemos desanimarnos.
La pasión por lo clásico ha durado unos 2000 años y si ha resistido durante todo ese tiempo (mucho más oscuro y con un porcentaje mucho menor de interesados en los clásicos que ahora en nuestro tiempo), aún puede resistir muchísimo más. Aunque los estudios clásicos quizá no "sirvan" para nada práctico (como dicen algunos), son la base de toda nuestra cultura, de nuestras lenguas, en definitiva, son nuestra madre. Y es muy importante que la conozcamos, o al menos que algunos de nosotros la conozcan.
Otra cosa es la aplicación laboral de estos estudios clásicos, que por su naturaleza humanística no son “productivos” para la sociedad, no generan ningún beneficio económico, pero, ¿y qué? ¿Que tenemos que hacer, estudiar todos alguna ingeniería o alguna cosa económicamente “útil” (generalmente carreras de ciencias)? A mi no me convencen. Como bien dice Israel, la demanda de estos estudios ha bajado drásticamente en los últimos años, pero ¿no ha sido siempre baja? ¿Acaso algún año las clásicas han estado a la cabeza de la demanda universitaria? Si baja el número general de alumnos universitarios, tendrán que bajar algunas carreras, ¿no? Además, la demanda universitaria es cíclica, quizá dentro de unos años se pongan de moda los estudios clásicos, nunca se sabe (no me llames iluso…).
Quizás ahora, las plazas para enseñar latín o griego estén ocupadas, pero si sigue el descenso de titulados, dentro de unos años, con la jubilación de los profesores que hay hoy en día, se necesitaran nuevos docentes, si la demanda del latín y el griego en los institutos se mantiene (que creo que sí que lo hará, porque siempre están los alumnos que huyen de las matemáticas o que les atraen más las letras).
También está la voluntad de cada uno, y yo no me veo estudiando otra carrera, y si algún día lo hago, será después de haber obtenido mi licenciatura en Filología Clásica.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Vaya, vaya..!
Esto es rapidez de respuesta. Los tres alumnos a los que me refería (Nausicaa, Danae y Blai) ya han dado su opinión. ¿Puedo decir que hasta me ha emocionado la convicción de sus propósitos y la pasión que ponen en las palabras? Pues sí, lo digo. A quienes llevamos muchos lustros en esto de la enseñanza de las lenguas y de la cultura clásicas nos llena de júbilo -al menos a mí- ver que la llama no sólo no se apaga sino que luce con más brillo aún. Yo no sé cómo serán los futuros alumnos de clásicas; pero si tienen una mínima parte de la ilusión y la garra de estos tres, iremos muy bien.
No pierdo la esperanza de que algún día podamos vernos para alegrarnos la vida mutuamente.
¡Ah! Este fin de semana también pasarán por este blog dos estudiantes de último curso de Clásica de la Complutense. Os aseguro que también pondrán pasón en sus palabras.
Gracias a todos. Por supuesto, también a Israel, que ha provocado este alud de comentarios.
Un abrazo. Luis.

Anónimo dijo...

Jejeje, Nausicaa, Dánae i yo, l@s tres mosqueter@s.
Vale! i gracias a ti Luis.

Unknown dijo...

¡Hola a todos! :

Bien, pues yo me llamo Sandra y estudio quinto de Clásicas... De acuerdo que la Filología Clásica quizá no tenga las mismas salidas que otras carreras, pero esto es más que discutible, si comparamos, por ejemmplo, el tanto por ciento de estudiantes de Derecho que trabajan de abogados con el tanto por ciento de estudiantes de Clásicas que se colocan "de lo suyo", este no es menor, pero, claro, a lo mejor en un clase de doscientos en Derecho se han colocado 50, y nos parecen muchos, pero en una clase de Clásicas de 20, se han colocado 5, y por eso nos parecen pocos...
Conozco a gente licenciada en Clásicas y están trabajando en el CSIC en los departamentos de griego o latín o dan clases ya en un instituto... No conozco a nadie que atienda llamadas de Vodafone.
Pero, es lo mismo, te digo que, aunque acabara barriendo las calles de Madrid, no me arrepentiría de haber empezado esta carrera, porque me ha aportado una formación increíble, de la que no podría prescindir.
Si te sirve de consuelo, hace dos años estuve dando clase en una academia y no me pagaban 6 euros, sino 11. Es más, en un mes de verano dando clases particulares a seis alumnos y trabajando en la academia dos horas por semana (en Madrid) gané 1.200 euros. Además, este año me pagaron 1500 euros por trabajar en el Diccionario Griego-Español de Adrados dos meses, durante doce horas a la semana... ¿Te parece poco?
Un beso,

Sandra

Unknown dijo...

P.D. Además, he contado estos cinco cursos de carrera con una beca de la Comunidad de Madrid (Beca de Aprovechamiento Académico Excelente) con la que, con un buen expediente y cincuenta horas de investigación con un profesor de tu departamento, te premian con 4.500 euros... Así que, de momento, no se puede decir que las Clásicas no me hayan dado de comer...

Israel Sanz Sánchez dijo...

Hola a todos (como la vez anterior, sin tildes);

Me sorprendo y alegro por que mis comentarios hayan dado tanto de si. Me alegra tambien que aquellos alumnos que ya habeis decidido estudiar clasicas permanezcais firmes en vuestra intencion y no os dejeis convencer por argumentos contrarios a dicha decision. Me gustaria aclarar solamente unas pocas cosas, por aquello de "poner los puntos sobre las ies".

1) En ningun momento he sugerido que el fin de realizar una carrera universitaria sea comprarse un chalet o un coche deportivo, y que la cuantia del salario a percibir pese mas en esa decision que lo que uno quiera hacer. De hecho, un servidor esta en una universidad norteamericana, a 10.000 km de su pais, su gente y su cultura, haciendo linguistica historica del español y dejandose las pestañas en manuscritos medievales; vamos, que no me dedico a ningun campo de estudio "estrella" y que no voy para millonario. Comparto al 100% lo de hacer lo que uno quiere y no lo que se supone que tiene mas "salida", y creo que mi propia andadura academica es prueba fehaciente de lo que digo. Bravo, pues, por lo de hacer lo que se quiera y no lo que te digan que deberias hacer. A eso me atengo yo mismo. Y desde luego, que a alguien le gusten los estudios clasicos no es una desgracia.

2) Aunque el hacer lo que uno desea debe ocupar el escalon mas alto en la jerarquia de criterios que uno se plantee a la hora de decidir que estudiar y a que encaminarse, esa debe ser una decision INFORMADA y RESPONSABLE. Con esto quiero decir que hay que ser honestos con la situacion actual de muchas carreras de humanidades (clasicas entre ellas, pero no solo clasicas), porque solo desde esa honestidad se podra hacer algo para solucionar la situacion en la que se encuentran. Por si cabe duda de que lo que queria era suscitar debate y en ningun caso presentar el punto de vista de que "estudiar clasicas no vale para nada", me cito a mi mismo desde mi anterior intervencion:

"Lo que verdaderamente hace falta es una estrategia comun bien planificada sobre como salvar los estudios clasicos en España".

¿Cual es esa estrategia? En eso NOS va el futuro a todas las humanidades. No estoy de acuerdo, como alguien ha dicho, con que las humanidades siempre hayan sido una rama minoritaria. No lo han sido en los ultimos (casi) 2000 años porque se entendia que la formacion grecolatina era necesaria para la formacion integral del ser humano academica y moralmente apto. Pero eso ya no es asi. Nuestra sociedad ha dejado de creer eso, y ahi es donde viene el riesgo. Tal y como estan las cosas, veo dos alternativas:

1. O nos cruzamos de brazos y nos contentamos con que la unica utilidad de los licenciados en clasicas sea tener el numero suficiente como para substituir las plazas necesarias para dar Cultura Clasica en institutos (con lo cual se necesitara un exiguo numero de licenciados cada año, que es a lo que vamos ahora) o para conseguir becas puntuales de organismos publicos cuya generosidad siempre estara irremediablemente condicionada por el signo politico de los tiempos;

2. o seriamente nos sentamos a pensar que hacer para que todo este esfuerzo intelectual no se pierda y podeamos volver a situar a los estudios clasicos en el eje central de la formacion academica general no ya occidental (que quiza suene pretencioso), pero si al menos en España.

Tan perjudicial es caer en la autocomplacencia de "bueno, es que clasicas siempre ha sido una carrera minoritaria" (¡no como ahora, desde luego!), como no ver lo que ya esta pasando (¿o donde van a quedar las humanidades, incluidas clasicas, con propuestas como la reciente de la Junta de Andalucia de eliminar las titulaciones con menos de 15 estudiantes matriculados? ¡Esto es real! Aqui teneis un enlace por si no me creeis: http://firgoa.usc.es/drupal/node/31630). Para solucionar un problema, primero hay que reconocerlo.

3) Se esta, pues, ante un momento critico, y creo que aquellos que estais ya estudiando o estais pensando en estudiar clasicas debeis pensar no solo en cuantos creditos lleva la carrera y en aprender a dedillo los rasgos caracteristicos del arcadio-chipriota, sino tambien en como hacer entender a la sociedad que los estudios clasicos son necesarios y que no son cosa de unos pocos raros que se ocupan por "lenguas muertas" inutiles. Nadie se va a preocupar tanto de los estudios clasicos como aquellos que os dedicais a ellos.

Todas las ramas de estudio pasan por epocas buenas y epocas malas. La que se presenta en la actualidad para clasicas es, indudablemente, aciaga. Creo que el negarlo y pretender que las cosas no estan como estan (te aseguro, Sara, que lo de la gente trabajando en Vodafone no me lo he inventado yo) es justo lo que falta para asestar el golpe de gracia a los estudios clasicos. La reduccion de Latin y Griego a Cultura Clasica en la enseñanza secundaria es sintomatica de todo esto (¿cual sera la proxima fase en este proceso de atrofia de los estudios clasicos en el sistema publico?). Y que acaben desapareciendo departamentos universitarios donde ya llevan ya muchos años entrando menos alumnos que profesores es cuestion de tiempo, si no nos ponemos manos a la masa para arreglarlo.

Por eso, sigo manteniendo mi pregunta: ¿que se puede hacer para convencer a la gente de que es necesario estudiar clasicas? O solucionamos esto, o dentro de muy poco los alumnos que quieran dedicarse a lo que verdaderamente les gusta (como vosotros, y como yo) no van a tener donde hacerlo.

Espero no haberos aburrido otra vez. Un abrazo a todos desde California.

Israel.

Anónimo dijo...

Hola a todos, soy la chica que ha suscitado tanta polémica con su escrito. Y bueno, intentaré ser breve, cosa que dudo, e ir por partes.
A los tres futuros estudiantes de clásicas, habéis elegido la opción correcta. Mi enhorabuena.
A Luis, gracias por permitirme participar en este ameno debate.
A los demás y a los que se pasen a curiosear, la carrera hay que elegirla encontrando un euqilibrio entre mente y cuerpo. De nada sirve buscar la carrera con más salidas si no te llena, ni escoger la primera carrera que te dicte el corazón. Buescad la que os llene como personas.
A Israel, me has cogido templada así que no seré muy dura. Primero, tienes razón, las humanidades han estado en auge durante 2000años. Pero no desaparecemos nunca, podemos pasar por baches pero no desaparecer. No me parece ético por tu parte, el suscitar desde tan lejos, una "revolución humanística". Nos instas a buscar soluciones, a movernos...pero tú que también lo eres... ¿qué has hecho por las humanidades?, ¿qué has conseguido al irte tan lejos? Yo creo que nada, sólo trabajar y (apreciación personal) frustrarte por la distancia. ¿Qué hacemos nosotros? Te preguntarás. Lo que hacemos es muy simple: CREAR DEMANDA. Los profesores desde su posición, los amigos clásicos, los familiares clásicos... los que ponemos pasión en lo que hacemos, los que creemos en lo nuestro y hablamos de tal manera, con tanta confianza, con tanto amor que transmitimos lo que sentimos y conseguimos que haya más estudiantes de clásicas. Yo soy de la Hispalense, y los datos con los que cuento son que clásicas sube más cada año mientras que otras sólo se mantienen.Cuando yo comencé en 5º había sólo 3 personas mientras que en 1º había 21. Y así hemos ido subiendo. Es cierto, compañeros se han marchado o quedado atrás, pero me ilusiona saber que en 2º, hoy día, hay más de 21 personas. Me alegra saber, que hoy día hay más conciencia clásica y más estudiantes valientes y con coraje dispuestos a luchar. No me importará estar en una academia, hacer sustituciones o acabar en el pueblo más recóndito de España siempre y cuando pueda transmitirles lo que es para mí este mundo. Lo más satisfactorio en mi vida profesional, cuando me jubile, será mirar atras y ver que lo dí todo que conseguí al menos, que una persona se decidiera por esta carrera.Poco a poco estamos creando una demanda y nosotros la supliremos, no te preocupes por las humanidades, muchos estamos aquí luchando por ella. Y lo sé, mis padres son más científicos que otra cosa, se desilusionaron mucho conmigo cuando decidí desde el principio estudiar humanidades. Pero ahora, me comparan con el científico de mi hermano y me ven más preparada, más curtida y más letrada que él. Sólo debemos acabar con las mentes cerradas que ha creado la ciencia y la sociedad, y creéme, podemos conseguirlo.
Nada más, un saludo a todos.

Unknown dijo...

Este último comentario me ha parecido el más acertado de todos, la verdad. Yo también he tenido que soportar las malas miradas de familiares y allegados diciéndome que hiciera Derecho o alguna carrera con futuro. Otros simplemente han respetado mi opción y me han apoyado. La figura del profesor siempre ha infundido respeto en la sociedad, aunque últimamente no lo parezca. La sociedad alberga siempre prejuicios, positivos y negativos, que se reparten casi siempre injustamente o desequilibradamente. No es lo mismo ser profesor en un instituto a ser un médico, o un ingeniero, ¿verdad? Y podemos hacer cientos de comparaciones.

Lo que sí es cierto es que la lucha de las Humanidades en el estudio de las Ciencias siempre ha estado en desventaja en la historia de este país, al menos, respecto a las ciencias médicas y otras. Ya se puede leer en la obra de Alfonso X, creo que en la General Historia. Pero a pesar de eso, las humanidades han seguido vogentes, ¿verdad? No habrán sido pocos los estudiosos que han pasado penurias. Conozco un poco la vida social de los humanistas del XVI en Salamanca, los profesores que se encargaban de dar las clases de griego en la universidad. Incluso algunos se llevaban a los alumnos a sus casas para darles clases particulares y así poder tener un sueldo decente, no como los médicos y otros, cuyo salario era más elevado. Así es que las humanidades nunca han gozado de un esplendor total, sino que, como las montañas y los picos, he tenido su auge y decadencia. Ha habido grandes maestros, eso sí, que han marcado escuela, y a partir de ahí sus alumnos. Lo triste es cuando esas generaciones no se cotinúan y se pierden, por muchos motivos diferentes.

Es evidente que el prestigio de las lenguas clásicas ha tenido sus momentos de grandeza y otros de casi una absoluta dejadez. Cuando digo dejadez me refiero a la del Estado y las autoridades, empresas públicas y privadas. Ya sabemos que el pueblo es el vulgo, no por ello despreciable, pero sí con poco peso en las decisiones importantes de la comunidad. Aunque eso sí, las decisiones de un Gobierno o Estado en parte dependen de la exigencia del pueblo. El mundo se mueve por los intereses económicos, ¿verdad? Un país actúa en consecuencia al momento histórico que vive y que en parte le reclama su sociedad, pero también el país y las instituciones públicas intentan y logran mover los hilos de la vida. Son nuestras respectivas Moiras. Hay un devenir histórico obvio, pero ello no significa que se deban perder las ciencias de la humanidad porque de ser así, el humano dejará de ser humano, su propia esencia. Y esas ciencias pasarían a convertirse en mero anecdotario de gente rara y culta, pero en nada acorde a los tiempos que corren. La sociedad siempre camina por el camino inadecuado, eso parece. Y más sus gobernantes. Entiendo que las Humanidades no den dinero, porque es evidente, pero si no se fomentan cada vez darán menos, y se aportará menos a la Ciencia.

La investigación: hace poco me decía un profesor que salvo los científicos de cáncer y pocos más, salvo esos, lo demás no es imprescindible en la vida. Pero, claro, tanto como el avance de la Medicina es importante y la tecnología, todo para el beneficio y la calidad de vida, también así el estudio de las ciencias humanas son muy relevantes aunque sus resultados no sean aplicables a nivel mundial y tan directamente. Me explico. Investigar en literatura grecolatina o lingüística no aporta nada a la sociedad, pero tampoco se puede abandonar. Por eso, y aunque salga caro, un país debe ser un buen recipitario de su cultura y de lo que la historia le ha legado antes incluso de nacer. Debemos ser condescendientes con todo lo que nos viene: lo griego, lo latino, lo cristiano, lo musulmán, etc. Negar el pasado es querer engañar a los demás y a uno mismo.

De España se dice que su educación empeora por momentos, ¿verdad? que la preparación no es la misma que antes. No he llegado a conocer esa educación, pero sí creo que hay que tomar valores siempre de la tradición. Eso que los latinos llamaban el mos maiorum. Somos herederos. Me da la impresión de que cuanto mayor es el grado de estancamiento y crisis social, mejores son los resultados. Es decir, los jovenes de ahora no vivimos como los de los 60, 70 y 80. Pero todos tenemos cosas en común. Nos decía una catedrática de latín de mi universidad que "un catedrático ya no es lo que era". Se refería al prestigio social. El profesor Adrados era antes mucho más conocido que ahora. Y por qué, porque la sociedad de su época estaba más sensibilizada con los estudios clásicos, los libros de los antiguos se leerían más, estaban en la conciencia de la gente, y así su mitología. Las creencias en la religión cristiana se pierden, la juventud no cree o las desprecia, hay menos fieles, etc. Más o menos ocurre lo mismo con otros estudios. La palabra cultura no está dignificada. Tampoco lo está la propia lengua española, que los españoles no nos molestamos ni en ciudar ni proteger. Para empezar porque no se conoce ni la historia de la lengua a grandes rasgos. El problema es de fondo e histórico. Hablan mucho mejor el español los sudamericanos que nosotros. ¿No pensáis lo mismo? Es evidente. Su lenguaje y expresión es más cuidada. Nosotros la hemos descuidado. Ahora el español está creciendo. El Cervantes inaugura centro aquí, centro allá. Crecen los extranjeros que vienen a hacer la prueba del DELE y así los profesores de Español para Extranjeros. Los alemanes están haciendo un gran esfuerzo para que el alemán resurja de sus cenizas. También el francés tuvo su gran peso importante en la educación de nuestros padres y abuelos. El inglés lo ha desplazado. El próximo será otro idioma. ¿Cuál? Pues el español seguramente no, pero sí será el segundo, esperemos. Un amante de lo grecolatino también tiene que amar su propia lengua, en este caso el español.

Los grandes hispanistas también fueron latinistas o helenistas, y viceversa. Somos lo que hablamos y deudores de una civilización. Estas ideas nos las tiene en cuenta la sociedad en general. Hay que fomentar más la lectura, pero no solo de la literatura actual, que en comparación no es más que una literatura de masas que en realidad busca la fama y el dinero rápido, el éxito, la fama. Eso está muy bien, pero, señores, seamos serios. El que rápido sube, rápido cae. La historia ha demostrado que lo bueno y de calidad no se hace en dos segundos, sino que hay una base importante detrás. La crítica no es generalizada, habría que matizar, claro. Tenemos la literatura que la sociedad pide y las instituciones y el Estado ofrece y fomenta. Son muchos los intereses. Eso junto a las monstruosas editoriales.

Centrándome en lo que conviene, el estudio de la filología clásica no es sino el estudio de una carrera que la sociedad ignora pero que no sabría vivir sin ella, es decir, si realmente se extinguiera, seguro que se echaría en falta. Además, cómo se va a extinguir cuando tantos profesores comen de ello. Es como intentar prohibir la venta de tabaco o prohibir por decreto que no haya toros o dejar a la Iglesia sin presupuestos. A favor o en contra de esto, seamos realistas, no se puede eliminar de un plumazo todo esto. Es gradual. Pero no defiendo esto, sino que hay que luchar contra aquellos que quieren sacar cohartada. La Universidad, gracias a la Europa de todos, que tan rápido nos gusta como no, se va a convertir realmente en un negocio que para colmo no van a subvencionar ni el Estado ni las empresas privadas. Es decir, que habrá que hacer un master apenas sin ayudas pertinentes que realmente fomenten el estudio. Son cuatro los que consiguen las becas. Estos temas dan para un largo debate. Entonces solo permanecerán las cuatro carreras de siempre que son las únicas que dan dinero y que necesitarán de la filología y sus estudios para formarse. Qué es un buen periodista si no usa un lenguaje correcto, un español del siglo XX/XXI, apoyado en todo ese legado que le han dejado en herencia sus antepasados. Por qué un escritor recibe un premio u otro, se le entiende mejor o peor, se le valora más o menos. Yo creo que depende de su sensibilidad, de la temática, el género, lo que represente, y también por su léxico. aparte de los intereses políticos que pueda haber, un premio no se concede porque sí, tiene que haber un respaldo de algún tipo. Y los buenos escritores, admitámoslo, han leído a los clásicos, a muchos de ellos, así como literatura de muchos países.

El problema está en que no sale rentable mantener una plantilla de profesores. Es como el metro de Madrid. Cómo se puede fomentar el transporte público: pues mejorando el servicio, no solo creando estaciones. Además, ser filólogo y tener una buena formación debería abrir más puertas en otro tipo de trabajos que luego desempeñan gente diplomada en empresariales o en derecho. Son las carreras comodín. Sirven para todo y al mismo tiempo para nada.

Si negamos las humanidades, estamos negando muchas carreras y disciplinas. La Historia, el Arte, la Música, la Geografía, la Literatura, la Arqueología, la Lingüística. Sabemos que son disciplinas minoritarias en comparación a, por ejemplo, el Derecho, la Economía, la Medicina, el Periodismo, la Política. Y así lo que queráis. Pero no por ello menos respetables. Una comparación podría ser la Belleza y la idea de belleza. Lo aparente en nuestra sociedad se lleva la palma, pero no será que la belleza aparente no es nada sin una belleza real? La Ciencia no es sino la conjunción de todos los elementos, más o menos importantes. ¿Os imagináis qué dirían los que ahora estudian carreras de bien si ocurriera todo lo contrario y fueran las artes y las humanidades las que predominaran? Os recordaré que grandes personajes de la historia han dejado sus grandes escritos, incluso literarios. No sé, pero creo que la historia no ha cambiado mucho el tipo de vida. Seguimos siendo los mismos, salvando las distancias.

Estudiar clásicas es toda una aventura. Claro que sí. Quién lo negará. Para bien y para mal. Y también un privilegio. Pero no por ello se le debe mirar por encima del hombro, sobre todo porque la vida nunca sabe lo que te deparará. Bien, el profesor Adrados es el personaje más influyente ahora mismo junto con la Sociedad de Estudios Clásicos en este país para levar a cabo una defensa íntegra de las Humanidades. Hay más figuras e instituciones. Solo menciono lo que conozco. Creo que el futuro pasa por adaptarse irremediablemente a Europa, por crear un fuerte grupo cohesionado, seguir fomentando desde todos los rincones la cultura clásica, esperar que los jóvenes sigan sintiéndose atraídos por esta rama, que claro que es difícil al ver su futuro. Hay que encontrar más salidas profesionales a la Filología Clásica. Pero ante todo lo que sí creo es que hay que amarla más de lo que es amada, y nadie la ama realmente dentro de ella, que empiece a hacerlo.

En mi facultad los estudiantes de filología clásica han aumentado y la carrera es ya la 3ª en número de alumnos, en global, tras inglesa e hispánica. Si al griego y el latín, según se dice, tiene los días contados, vean el que se le presenta al francés, al italiano y al alemán. Qué ocurrirá. seguramente acaben uniéndolos. No es mala idea del todo. Pero la filología clásica debe mantenerse no solo por tradición sino porque tenemos que valorar nuestras propias raíces. Y porque tiene que haber investigadores. Entonces cogemos y toda la tradición lingüística de un país la disolvemos de repente.

Bien, el futuro del estudiante universitario está en pocas palabras en hacer oposiciones donde pueda. Si se es bueno, si se ha preparado bien todo durante años, antes o después se alcanzará una meta, mejor o peor. Un profesor nos decía esta semana que todos tendremos nuestro sitio. No sabemos dónde, pero él se refería, creo, dentro de las humanidades. Además de preparar una oposiciones, que puede llevar sus años, se pueden realizar, además del CAP, obligatorio para dar clase, el Doctorado o el Master, una segunda carrera complementaria, cursos, etc. Estas palabras son un poco vanas, pero habrá que luchar como lo han hecho los que ahora son profesores, ¿no? nada cae del cielo regalado. Y si hay que trabajar en Academias o donde sea, pues se hace. Todo depende del apoyo familiar y de si uno es de posibles o no, porque tener dinero siempre es importante para ser alguien y poder llegar algo más lejos que los que tienen menos posibilidades.

En mi caso, y esto ya es personal, he pasado por situaciones en casa desgraciadas y otras no tanto, como para vivir bien y aholgado. Y aun viviendo relativamente bien, he trabajado para sacarme un dinero. Desde fábricas de todo tipo, almacenes, organismos públicos hasta la empresa privada. Me han aportado mucho. Yo nunca trabajaría en una tienda de Vodafone o en burguer, a no ser que no hubiese estudiado para algo. Es decir, que con una formación determinada voy a esforzarme con no estar donde no me corresponde, sino donde quizá tenga algo de peso y se me considere, no socialmente sino por lo que he estudiado. Y no es nada fácil para nosotros. veremos qué pasa con todas esas plazas que están por quedarse libres ante la jubilación de nuestros mayores. Bueno, es tan complicado poder opinar sobre todo esto y tan superficialmente que no todo lo que digo pueda ser verdad o mentira. Son juicios. Si un licenciado hace el CAP y se dispone para unas oposiciones, me parece perfecto, a pesar de que haya pocas plazas. Quién dijo que sacarse una plaza sea fácil. Hay la misma o similar proporción en otras convocatorias. Mientras se vaya preparado... Yo aspiro a hacer la tesis, todavía no sé muy bien de qué, pero aspirto a ello y luego a opositar en insituto (o hacer entre medias oposiciones donde pueda). El problema es de fonde: hay que subvencionar la cultura, la lengua, la literatura... Y para unos cuantos, según la sociedad, equivocados, no nos vamos a dejar engañar por ella. Vamoa a ser más fuertes y unidos para sacar adelante una palabra vigente desde hace unos 2300 años: Filología.

He sido un poco desordenado en la exposición y me he extendido quizá demasiado. El asunto merece varios páginas, varios blogs. Hay que unirse. Ánimo.

Fernando Mora Moreno

Anónimo dijo...

Hola:
Siempre había pensado que lo mío eran las ciencias, tanto es así que en el instituto la rama que estudié fue la de ciencias. Seguramente, por la ineficacia de los profesores me desanimé e incluso llegué a detestar la idea de dedicarme al estudio de alguna carrera de ciencias como siempre había pensado. Queda algo mal echarle la culpa a los profesores, pero es la verdad, y las verdades duelen...Bueno, resumiendo, cambié el chip y me decanté por el mundo de las letras aun habiendo terminado el c.o.u. de ciencias. Asi que después de pensarlo mucho he decidido estudiar filología clásica. Queda como algo hereje que alguien de ciencias pase al mundo de las letras no?ejeje, pero le estoy poniendo empeño y he adquirido material para ponerme al dia en gramatica griega y latina, que por cierto NO son nada fáciles. Pues eso, me da igual que siempre haya gente intentando desanimarme para que estudie otra cosa porque yo soy muy cabezota y en eso no me gana nadie. Así que el año que viene me desplazo a 800 kms. de mi hogar para estudiar filologia clásica ya que donde resido no está esta carrera. Así que si el año que viene alguien del foro tambien inicia sus estudios en la universidad de salamanca que es donde voy a estudiar pues si quiere contactar conmigo que lo haga y ya hablaremos. Respecto al tema de las salidas laborales de las carreras de letras, se que no son nada satisfactorias, pero también hay muchisimos licenciados en otras carreras de ciencias que por desgracia o están parados o tampoco están trabajando en lo que realmente les gustaría. Así que poner como pretexto el no estudiar carreras de letras por las salidas laborales me parece una bobada grandisima. Si a uno le gusta algo tiene que luchar hasta el final, cueste lo que cueste. Siempre habrá gente que esté ahi para desanimarte o al contrario para darte ánimos y seguir adelante...pero una cosa os digo, el camino este que emprendemos cada uno, el camino de la vida es solitario, todo lo que hagamos nos perjudicará y/o beneficiará a nosotros primero así que hay que ponerle ganas al asunto y no mirar tanto el qué dirán, porque lo que hagamos en esta vida es lo único que nos llevaremos a la tumba.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Comentarista anónimo:
Tus palabras contribuyen a realzar aún más la postura, a veces un tanto heróica, de opción por las clásicas que se ha venido manifestando en los comentarios anteriores. Supongo que también has visto la entrada 'Estudiar clásicas (bis)', de este mes de enero, que continúa la misma tónica.
Por todo ello, te agradezco tus comentarios, y te invito a seguir colaborando, como mejor te parezca, en dar apoyo a quienes tienen la 'osadía' como tú de decidirse por lo clásico.
Espero que sigamos en contacto.

Virginia dijo...

Para ser breve, es realmente extraordinario que se plantee el debate de siempre sobre el estudio de las lenguas clásicas, y que sean los propios alumnos quienes lo defiendan con el convencimiento, firmeza e ilusión con que lo han hecho en este espacio.

Enhorabuena a tí Luís,como profesor, que has suscitado tales convicciones en tus alumnos.

Con tu permiso utilizaré el post en una de mis clases.

Anónimo dijo...

Ánimo a todos.Este año mi hija quiere comenzar sus estudios de cultura clásica,su padre está preocupado,yo estoy convencida que logrará su sueño y que su osadía acabará en victoria.Mi admiración por tantas personas que siguen creyendo en el origen de la cultura y el arte,no dejéis que el conocimiento se pierda.

Luis Inclán García-Robés dijo...

¡Muchos ánimos a tu hija! Ánimos para superar unos estudios bien bonitos, y ánimos para sobreponerse a tantas cosas que deberá oir contra su decisión por el mundo clásico.
Saludos cordiales.

La República independiente de mi polis dijo...

Hola a todos, he encontrado este blog buscando a gente que estuviese en una situación parecida a la mía. Como mi texto es bastante extenso, lo publicaré en dos partes. Ahí va la primera.

En primer lugar, diré que yo siempre me he querido dedicar a las ciencias, matemáticas para ser exactos. Mi madre en primero y segundo de ESO me matriculó contra mi voluntad a estudiar francés, desaproveché bastante esos dos años, ya que yo era de las que decía que las letras no servían para nada.

En segundo de ESO, se cruzó en mi camino una parte de todas las lenguas: la sintaxis. En este caso era sintaxis española, pero fue la primera que despertó esa pasión mía por las letras. Durante ese año y el siguiente empecé a darme cuenta que las matemáticas, la física o la biología no me aportaban ni la mitad que el castellano y el valenciano, tanto sintaxis, morfología, literatura... que la historia empezaba a llamarme la atención, y que lo que siempre había despreciado (las letras), empezaban a cobrar un nuevo sentido para mí.

Así pues, llego el peor año, cuarto de ESO. Y no el peor académicamente hablando, sino en el que empezaba a labrar mi futuro. Puesto que durante tercero de ESO mis notas en ciencias habían bajado respecto a las de letras, y una nueva parte tanto en mi mente como en mi corazón se había abierto en mí, lo tenía bastante claro, en vez de decidirme por hacer matemáticas avanzadas, biología, física y química, y tecnología, me decantaría por lo nuevo: el latín (acompañado del francés que recordaba vagamente de mis dos primeros años, de las matemáticas fáciles y música -he tocado la flauta desde los 6 años-).

Bendita elección. Se abrió un mundo nuevo para mí que me llamaba a gritos. Me empecé a dar cuenta de cómo empezaba a adorar a los romanos, sus costumbres, su historia, sus poemas... Así me embarqué en una gran etapa de mi vida.

Pasé a bachiller y lo tenía muy claro: latín y griego eran mi elección. Los dos años cursé esas dos asignaturas acompañadas siempre de mi gran amigo el francés. Y no me arrepiento ni un solo segundo de mi elección. Lo tengo clarísimo, he nacido para ello. En primero tuve una profesora de griego que hizo lo que buenamente pudo con nosotras (éramos siete chicas que no callaban), pero nunca bajé del nueve en ninguna de las tres. Hasta que llegó segundo de bachiller y con ello la profesora a la que puede que más le tenga que agradecer. Pasé de suspender el primer trimestre a no bajar del nueve, además de sacar excelentes resultados en la selectividad. Ella me hizo amar darme cuenta de que estaba loca, incondicional e irrevocablemente enamorada de los clásicos (sobre todo de los griegos).

La República independiente de mi polis dijo...

Ahí va la segunda parte

Así que, después de una equivocación en la elección de la carrera en la Universidad (he cursado primero de comunicación audiovisual), me dispongo en breves a conocer el resultado de la adjudicación de plazas y ansiosa por emprender mi nuevo viaje: estudiar Filología Clásica, y sé que si el día de mañana tengo que trabajar limpiando las calles de mi pueblo, en un burger, o vendiendo aparatos electrodomésticos, lo haré con la conciencia tranquila de haber estudiado lo que me gusta. Y más yo, que he experimentado qué es estudiar algo que no quieres hacer realmente y pensar: ¿y me tengo que dedicar a esto el resto de mi vida hasta mi jubilación?

Está claro que las letras son minoritarias, y si no se hace algo al respecto lo serán cada año más. Lo que se debería hacer es, igual que se tienen matemáticas, biología, tecnología, etc. obligadas en los diferentes cursos de ESO, deberían estar obligadas también el griego y el latín (o por lo menos el latín, ya que en él, se utiliza el mismo alfabeto que en el español), porque, por ejemplo en mi instituto, los únicos que prueban el latín son los que huyen de las ciencias.

Pero lo que no podemos permitir es que una carrera tan bella como es Filología Clásica (o cualquier otra filología) se pierda. Debemos conocer nuestra cultura, nuestros antepasados, de dónde venimos para saber hacia dónde vamos, no cometer los mismos errores y aprender de sus filosofías.

Todo esto, esta dicho desde lo más profundo de mi corazón con lagrimones de cocodrilo en los ojos. Porque tanto griegos como latinos han calado en mi cerebro, pero sobre todo en mi corazón.

¿Por qué estudiar Filología Clásica? Porque me encanta la sensación de poder analizar una oración impersonal con sujeto, que además es una oración de infinitivo. Porque los griegos están presentes incluso en cosas tan simples como la película de Jurassic Park o un capítulo de Shin Chan llamado: ¡eh, sé hacer gárgaras! Porque estudiar letras significa reproducir las palabras que se escribieron y dijeron hace millones de años. Porque estudiar Filología Clásica significa poder darles voz a algunos de los personajes más grandes de la historia como César o Jenofonte. Porque me encantan los participios concertados y los ablativos y genitivos absolutos. Porque todos conocen las ciencias, las han estudiado alguna vez a lo largo de su vida, pero empezar a estudiar griego y latín es sinónimo de nuevo, algo que nunca has hecho, diferente pero igual a todo lo anterior (ya que ellos son nuestra base). Porque me encanta analizar participios griegos o gerundivos latinos. Porque adoro leer mis traducciones sin sentido pero poco a poco poder reproducir las frases coherentes que fueron dichas hace más de 2000 años. Porque no hay cosa más gratificante que sentir como las palabras van cobrando vida, una a una, y es que ninguna lengua está muerta hasta que la olvidamos.

Porque yo quiero conocer mi herencia.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Gracias, Sara, por enriquecer este debate, que ya tiene més de ocho años...

Y enhorabuena, porque has sabido luchar por lo que deseas, aunque fuera contra corriente. Conozco a muchos profesores de Latín y de Griego de Valencia, y son un ejemplo de buen hacer y de amor por las clásicas.
Te deseo lo mejor en tus estudios universitarios de clásicas. ¡Ojalá colmen tus ansias de saber!

Saludos cordiales... y feliz verano.

Anónimo dijo...

Sara, insistiré una vegada més: jo sols et vaig obrir la porteta i has sigut tu qui ha volgut entrar. No negaré que estic orgullosa de tu i de la teua determinació i que són alumnes així els qui doneu sentit a açò de l'ensenyament.
Ara cal agafar forces i gaudir de l'estiu. Per últim, ja saps: Esto es Esparta.
La profa Núria

Anónimo dijo...

Sine verbis
Carpe diem!

Anónimo dijo...

Una completa formación clásica es un fundamento sumamente sólido y fértil y, si uno tiene vocación, invierte dedicación y es mínimamente inquieto y versátil, será capaz de encauzar el precioso y distintivo bagaje de conocimientos y habilidades adquiridos aprovechándolos para destacar en otros campos, particularmente de la vasta lingüística aplicada, con mayores posibilidades profesionales que las derivadas meramente de la filología clásica. Eso lo he observado en otros y lo he experimentado yo mismo.

Juan Martínez

Luis Inclán García-Robés dijo...

¡Muchas gracias por tu aportación, Juan!