miércoles, 18 de octubre de 2006

OTRO ESFUERZO RECOMPENSADO


La historia que explicaba en la anterior entrada se había quedado forzosamente en suspenso. Esperaba que se presentase la ocasión de acabarla. Y esa conclusión llegó ayer.

Enma que, efectivamente, había escuchado la brevísima conversación que mantuve con Isabel, se presentó a clase ayer bien pertrechada. Había señalado yo el día antes unos ejercicios de aplicación, algunos de los cuales eran voluntarios. Pues bien: Enma no sólo hizo lo obligado, sino también lo demás. Se ofreció como voluntaria por dos veces, y en ambos casos salió airosa de la situación.

O sea, que había tomado nota y se había aplicado la lección del día anterior, sin necesidad de decirle directamente nada.

Ayer, al acabar la clase, sí que me dirigí a Enma para manifestarle que me había alegrado su buena disposición y que estaba contento de su trabajo. No me dijo nada, pero su mirada era suficientemente expresiva. Como en muchas ocasiones, no hicieron falta las palabras: ni las mías para reprenderle su escasa dedicación el primer día, ni las suyas ayer para justificar el cambio de actitud.

2 comentarios:

Ana Ovando dijo...

Tus alumnos son muy afortunados al tenerte como profe. Tus palabras transmiten el cariño que seguramente ellos saben apreciar.
Por favor, sigue siempre así, y continúa compartiendo tus experiencias.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Gracias, Ana por los ánimos que me das. Seguro que a ti también te pasan cosas parecidas, ¿no?