miércoles, 6 de septiembre de 2006

AULAS VACÍAS

No sé si le pasará a otros colegas, pero a mí un aula vacía me produce una cierta tristeza. Es algo así como una casa sin muebles, una ciudad sin personas o un libro sin palabras…, porque un aula es el ambiente propicio donde se transmiten conocimientos, actitudes, valores…; en definitiva, un ámbito privilegiado donde los alumnos comienzan a construir una parte de su vida futura.

Y es –ha de ser- un rincón de convivencia, de respeto, de confianza, de serena maduración (¡hay tantas aulas hoy en que esto no es así..!). Y más cosas que podríamos enumerar. Por todo ello, me produce cierta desazón un aula vacía, es decir, que no está sirviendo para lo que ha de servir.

La parte positiva es que pronto se le acabará al aula esa soledad. Dentro de muy pocos días, las sillas y las mesas tendrán nuevos inquilinos. Y un grupo de inquietos adolescentes vendrán con la pesadumbre del verano acabado, pero con la secreta -y no confesada- ilusión de quien comienza una aventura nueva.

Y las aulas volverán a cobrar vida, y serán mudo testimonio de chicos y chicas que crecen –ojalá lo hagan más por dentro que por fuera- y se ilusionan, y ríen, y lloran a veces… y tantas cosas que ocurrirán en el transcurso de los próximos meses. En cuanto a lo de crecer por dentro, no me resisto a copiar un breve y sugerente fragmento del Diario de Ana Frank:

"Soy joven y aún poseo muchas cualidades ocultas (...) Muchas cosas me han sido dadas al nacer: un carácter feliz, mucha alegría y fuerza. Cada día me siento crecer por dentro, siento cómo se acerca la liberación, lo bella que es la naturaleza, lo buenos que son quienes me rodean (...) ¿Por qué habría de desesperar?" (3 de mayo de 1944).

Todo un programa para fomentar el optimismo y la esperanza, incluso desde situaciones límite.
Cuando la semana próxima el aula se llene de alumnos, comenzará un nuevo ciclo de esperanzas e ilusiones. Intentaré reflejarlas lo más certeramente posible..

4 comentarios:

Ana Ovando dijo...

Las aulas vacías han sido testigos de muchas cosas y pronto serán de nuevo el escenario de muchas otras. A mí en lugar de tristeza, al verlas se me llena el estómago de maripositas, como antes de una cita, con miedo pero sin poder esperar a ver lo bueno que nos espera. Seguro que este curso te va a traer muchas alegrías que compartirás con toda la blogosfera.

Luis Inclán García-Robés dijo...

Ana, ¡como siempre, eres la primera! Tienes razón: también a mi me producen un cierto nerviosismo, por la incertidumbre de lo que ha de venir. Pero quiero pensar que será bueno. Y lo será.

Anónimo dijo...

Felicidades Magister.

Me gusta mucho tu iniciativa y te doy mi apoyo.
Fui tu alumno desde tercero de Eso hasta finalizar el bachiller y tengo un recuerdo muy bonito de tus clases.


Saludos

G.Vidal

Luis Inclán García-Robés dijo...

Gracias, G.Vidal
¡Esto es un anonimato a medias!
A ver si te pasas por el blog de vez en cuando y me das tu opinión. Que te vaya muy bien. Saludos.