No podía imaginar, cuando en noviembre publiqué la entrada titulada 'Estudiar Clásicas', que dos meses después el tema iba a dar tanto de sí. Aquella defensa apasionada que hacía una alumna, ha sido matizada ahora por un español -Israel se llama- que está haciendo estudios de doctorado en California. En su comentario, relativizaba un tanto la conveniencia de estudiar clásicas.
Desde noviembre hasta ahora, un grupo cada vez más nutrido de alumnos -actuales y futuros- de Filología Clásica, van pasando por este blog y dejando sus comentarios cuando lo creen oportuno. Pues bien: ante el escrito de Israel, todos han reaccionado unánimemente. En los comentarios a aquella entrada puede el lector seguir los argumentos de unos y otros.
Lo que me ha producido especial alegría es ver el gusto por su carrera que transmiten los que la están estudiando, y la determinación que muestran los que la comenzarán de aquí a poco. He aquí alguna muestra de lo que dicen estos últimos:
Si (...) yo supiera que al terminar la carrera no tendría ninguna opción de trabajo relacionado con ella, aun así, yo el año que viene entraría en la facultad de letras para estudiar clásicas.
(...) Lo que de verdad me frustraría sería haber abandonado un sueño para dedicarme a algo que detesto y que tendré que hacer durante 40 años. Ésta, y no otra, es la razón por la que el año que viene empezaré a estudiar clásicas, sea cual sea el número de estudiantes, piensen lo que piensen los demás, trabaje de lo que trabaje al licenciarme.
Sé y creo que no me equivoco, que si no hago lo correcto (realizar la carrera de clásicas) me sentiré vacía y en algún momento de mi vida me arrepentiré. Puede que después de mucho esfuerzo no logre trabajar en la docencia, que es lo que realmente quiero, pero yo lo ¡intentaré!.
La pasión por lo clásico ha durado unos 2000 años y si ha resistido durante todo ese tiempo (...), aún puede resistir muchísimo más. Aunque los estudios clásicos quizá no "sirvan" para nada práctico (como dicen algunos), son la base de toda nuestra cultura, de nuestras lenguas, en definitiva, son nuestra madre.
Y lo que comenta una estudiante que está a punto de acabar Filología Clásica en Madrid:
(...) te digo que, aunque acabara barriendo las calles de Madrid, no me arrepentiría de haber empezado esta carrera, porque me ha aportado una formación increíble, de la que no podría prescindir.
La alumna que había originado este feliz revuelo, también ha intervenido. Es, hasta ahora, la última opinión. Tan sólo unas palabras suyas:
Me alegra saber, que hoy día hay más conciencia clásica y más estudiantes valientes y con coraje dispuestos a luchar.
Recomiendo la lectura completa de todos esos comentarios, también a quienes, como yo, sean docentes: a mí me ha supuesto una verdadera inyección de moral. Cuando, a pesar de los planes de enseñanzas medias que padecemos, surgen alumnos como los que han dejado su rastro en este blog, la confianza en que nuestro trabajo no es en vano se ve notablemente reforzada. Gracias a todos ellos.
El horizonte es hoy más claro...
7 comentarios:
Jejeje, si no nos apoyamos entre nosotros quién nos va a apoyar?. Ha sido todo un placer haber participado en el debate.
He estado siguiendo el debate como espectadora fiel, pues era la voz de los estudiantes la que correspondía escuchar. Como dices, me ha servido para recargar esas baterías que pierden fuerza más veces de las que nos gustaría.
Lo que me encantaría, sin embargo, sería poder disfrutar de alguno de esos estudiantes en clase. Mientras eso no ocurra, sólo me queda disfrutarlos a través de los blogs.
¿Os puedo contar un secreto? Yo estudié clásicas por culpa del metro de Barcelona. Mejor dicho: no tenía ganas de coger el metro, cambiar en Plaza España, enlazar con la línea verde, bajar en Diagonal y caminar un buen trozo hasta llegar a la facultad de Historia. Así que, por perreria, me matriculé en Clásicas. No sé si soy una buena profesora de griego, lo que sé es que mi trabajo me apasiona, me ilusiona, los clásicos me matienen viva...
y también sé que: a. o no hubiese acabado historia, o b. sería una pésima profesora. A veces creo que mi decisión estuvo muy guiada por los dioses olímpicos ¿ No lo creéis posible?
He venido a conocer tu blog, que a partir de ahora estará en mis favoritos. He leído la entrada que me señalabas y responde al espíritu de las relaciones cordiales y fructíferas que se mantienen con algunos alumnos que de manera entusiasta siguen ligados a nosotros, a pesar de nuestros errores. El otro día me llegó una carta de una alumna que se había trasladado a Galicia. Estaba llena de afecto y recordaba con placer mis clases de literatura. He seguido también el debate sobre la carrera de clásicas. Sin duda, es una carrera vocacional. Hay otras más neutras, pero quien hace clásicas ha de tener fuertes y decididos motivos. Gracias por tu comentario.
Aunque soy uno de esos que lleva casi 20 años de profe (cuánto lo añoro), no podía resistirme a hacer un comentario. Las clásicas están cada vez más vigorosas y saludables, gracias a muchos compañeros y amigos, a blogs como éste o como el Ana, a esos "locos" de los Talleres de Sagunto, a Carlos, a Sebastià, a Sergi... Ni que decir tiene que seguimos en minoria, pero si transmitimos esa pasión por las clásicas, yo me siento reconfortado. He visto buenos alumnos "clásicos" hundirse en la Facultad de derecho, por ese futuro incierto del mundo laboral.
La revolución ha comenzado, aunque muchos todavía no se han dado cuenta.
Por cierto, los clásicos y las clásicas son los verdaderos humanistas (con perdón) de nuestro tiempo.
Hermes recarga mis baterias!
Veo con satisfacción que los "profes" se han sumado al debate en esta edición 'bis' de "Estudiar clásicas". ¿Quizá los alumnos ya han dicho bastante?
Sea como sea, el futuro es esperanzador. Y si hay un ebate de vez en cuando, nos sirve para cargar las 'pilas' y reafirmarnos en que nuestro camino no se desvía.
Todos nos debemos alegrar. Un saludo muy cordial y gracias a quienes habéis respondido a las 'provocaciones' de este blog.
Leí todo el post/debate que se ha abierto en torno a este tema y me pareció alentador y positivo. Las Letras son, junto con las Matemáticas(otra titulación venida a menos en los últimos años), la raíz de toda nuestra cultura grecolatina. Mantener este sustrato es sembrar para poder asegurar el día de mañana un continuum de cultura, de pervivencia intelectual.
Es por esto, y por muchas más cosas, que apoyo la iniciativa común(esa que Israel propone a medias en su alegato)y la particular que tiene cada uno al elegir un camino tan bello para su formación como pueden ser las Clásicas.
Un saludo y los mejores deseos en vuestra elección.
Scorpius
Publicar un comentario