domingo, 2 de agosto de 2009

El problema no es Bolonia...

Ya no recuerdo donde leí que un profesor universitario de ingeniería animaba a sus alumnos a adquirir una formación más bien genérica, aliñada con una buena dosis de sentido común. ¡Por fin oigo algo alejado de la feroz especialización que llevamos años viviendo en los estudios universitarios.

No puedo ocultar que nunca me gustó la atomización que se llevó a cabo de la antigua carrera de Filosofía y Letras en mil y una licenciaturas, con lo que, por ejemplo, un historiador llega a saber mucho (supongamos) de cada vez menos cosas, lo que quizá conduce a no tener ni idea de latín o de historia de la literatura.

Estoy muy agradecido a la posibilidad que tuve de cursar, en los dos años comunes de la carrera, historia, historia del arte, filosofía, lengua, latín, griego, geografía, literatura y hasta ¡geología física!

Uno puede llegar a entender que sea necesaria una cierta especialización en estudios de carácter eminentemente práctico (sobre todo, cuestiones científicas o técnicas). Pero nunca comprenderé ese afán de compartimentar los conocimientos humanísticos, como si fueran totalmente independientes unos de otros.

Y ahora resulta que, con criterios sobre todo economicistas, se habla de que deben desaparecer ciertos estudios (los de letras, fundamentalmente) cuando no cuenten con un mínimo de alumnado. Se veía venir...

¿Qué pasaría si volviésemos a una licenciatura en Filosofía y Letras, con una parte común y una de especialización? Dos años para adquirir una sólida base humanística, dos más para cursar materias específicas y, en todo caso, el master que está de moda para culminar la especialización.

Claro que hay siempre intereses corporativos que no verían bien un regreso a modelos generalistas... ¿Hay alguna otra solución para que sobrevivan las filologías, historia, historia del arte, geografía, etc?

2 comentarios:

Eos dijo...

Como estudiante de historia, vengo padeciendo la especialización de la que usted habla hasta límites insospechados. No sólo se trata de que los estudiantes de ahora tengamos carencias generalistas que antes cubría la carrera de Filosofía y Letras. Es que además nos incitan a creer que el compartimentado mundo académico se corresponde con el real, que la historia, la filosofía, la literatura, el arte o la filología no tienen nada que decirse las unas a las otras. En mi campus no existe ningún tipo de relación entre las facultades de letras, y muchos profesores recomiendan no "perder el tiempo" con la "tribu" de al lado.
Al menos en el terreno de las "Humanidades", la Universidad debería ser el lugar en el que adquirir una base de conocimientos amplia y sólida, que permita percibir la conexión de los diferentes ámbitos de estudio.

mavipas dijo...

En mi caso, no ha sido tan declarado como al colega Eos, pero muchas veces es cierto que las asignaturas ofertadas por las universidades van en función del personal de los diferentes departamentos y generan los planes de estudio con el fin de colocar a becarios y allegados, no pensando en el bien del alumno/a.